WORK IN PROGRESS

sábado, 31 de enero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

--¡Que sí! ¡Que la felicidad en este mundo la da el dinero!
--¡Que no, que lo importante es hacer lo que uno quiere!
--¿Y cómo vas a hacer lo que quieres si no tienes dinero? Ni siquiera podrías tomarte una puta birra, nada, no podrías hacer nada.
--¡Hombre, pero no seas extremo, yo lo que te digo es que no se necesita ser rico para ser feliz!
--¡Pues claro que sí! En nuestra sociedad las cosas se consiguen con dinero... y si no tienes pasta, no tienes nada.
--Tienes libertad.
--¿Libertad? ¿Tú crees que los ricos son menos libres que nosotros? No seas gilipollas... Ser libre es hacer lo que te da la gana cuando te apetece. Y eso sólo te pasa si tienes dinero. ¡Los ricos son mucho más libres que nosotros!
--Pero los ricos tienen que estar currando todo el día.
--¡Es al revés, ingenuo! ¿Tú has visto alguna vez al dueño de un local trabajando como un perro? Los que curran de verdad son los empleados. Mientras más arriba estás, menos trabajas.
--Vale, pero nosotros nacimos sin dinero, y tenemos que acostumbrarnos a eso.
--¡No, tío, allí está el error! Uno tiene que estar dispuesto a hacer lo que sea para forrarse de dinero...
--¿Cualquier cosa?
--Lo que sea.
--¿Y si alguien te quiere dar por el culo también lo dejarías?
--Si me paga bien, claro que sí. ¿Tú no te dejarías follar por el culo si alguien te ofrece diez mil?
--Yo no.
--¿Y cien mil?
--No.
--¿Y un millón?
--(...)
--Dime sinceramente... Si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías follar por el culo?
--Debe doler mucho.
--Te vas al médico para que te acomode el ojete y el dolor se te quita en tres días... en cambio, con ese dinero vas a vivir como un rey toda la vida.
--Acordándote cada noche de lo que has tenido que hacer para ganarlo.
--Los remordimientos te duran una semana. Hasta que te compras el coche último modelo y te follas a las tías que siempre te habías querido follar y nunca te habían hecho caso por no tener pasta.
--(...)
--(...)
--De todos modos, eso nunca va a pasar... no hay nadie que te pague un millón para darte por detrás.
--Desgraciadamente... pero siempre hay que intentarlo, estar atento, siempre buscándolo.

*

Tendría que escribir aquí, para la novelita, el episodio del robo, algo al estilo del Código da Vinci, supongo, un libro que intenté leer con mi mejor intención, pero tuve que dejar cuando se describe al protagonista como un Indiana Jones en sweater de tweed o algo así, “¿y este tipo de qué va?”, me dije, “¿quién escribió esta vaina, un estudiante de bachillerato?”, no sé, no puedo hablar, no lo leí, y ahora lo necesito para saber cómo podría hacer que mi novelita del robo con allanamiento convenza a los agentes de que pueden convencer al editor de que el lector le recomendará mi librito a sus amigos y esas cosas.
Lo voy a bajar del e mule, al Código da Vinci, tardará cinco minutos, supongo, pero joder, circula mucho menos de lo que pensaba, tres usuarios solamente lo tienen, ¿será porque salió hace varios años?, ¿debería bajar otra cosa?, ¿qué?, no tengo idea de cuáles son los libros de moda, será por eso que escribo mi garabato así.
De best sellers tuve bastante cuando era niño; mi papá nos leía en su cama antes de irnos a dormir. Él pasó toda su vida con los best sellers. James A. Micheher, John Le Carré, Stephen King, cosas así, decía que una vez intentó leer La metamorfosis, comenzó a deprimirse y lo dejó. Esa fue mi infancia y por culpa de mi papá me acostumbré a usar libros; aunque después me dio por comprar cosas raras. Italo Calvino, por ejemplo, en un viaje, y mi papá preguntándome si de verdad lo iba a leer. Pues sí, lo leí, El caballero inexistente, se llamaba. Una armadura vacía que circulaba diciendo no sé qué chorradas; una metáfora que, a mis once o doce años, no capté (ahora creo que tampoco la captaría, pero no importa). Y bueno, corto aquí, que ya se bajó el Código da Vinci; leo y sigo después.

lisboa: zona expo universal






viernes, 30 de enero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

Y aquí seguiría la novelita explicando cómo el tipo preparó el robo, dando algunos detalles para que suene creíble; por ejemplo, describir los trastos viejos del patio donde dejó la escalera; o en qué pensó para escoger el momento; o cómo se sintió los días previos, cosas de estas. Pero, sobre todo, hay que preocuparse en conseguir que el lector se pregunte qué va a pasar, y encontrar la forma de aguantar la respuesta hasta el final sin que se aburra, claro, ese es el chiste. La misma adivinanza de siempre, con algunas sorpresitas para no caer en la nulidad. Y es que está demostrado científicamente: si nos cambian la fórmula nos desubicamos, y a nadie le gusta ir por el mundo así, como perdido, digo yo. Hay que sorprender pero dentro de lo esperable, cagarse en todo de principio a fin no queda bien. No, a menos que se siga un orden, no sé, una estructura, algo que el lector reconozca.

*

--¿Tú para qué quieres publicar tus libros?
--Para que no se queden en el ordenador y se pierdan.
--Pero, ¿para qué los quieres publicar? ¿Para pasar a la historia?
--No sé, quizá, puede que en el fondo sea eso, sí, sinceramente.
--¡Qué tontería!
--Pues sí, la verdad.
--¿Para qué sirve que la gente te lea si ya estás muerto? ¿Vas a estar por allí mirándolo?
--No, no es por eso, es porque dan ganas de formar parte de una cadena, algo así, porque cuando leo algo y digo “¡joder, qué bueno!”, y veo que el tipo que lo escribió se murió hace años, me parece del carajo que eso esté allí. Me gustaría que pasara lo mismo con lo mío.
--¡Pero qué absurdo! ¿Tú crees que lo que escribes se va a leer de aquí a cien años?
--Supongo que no, pero por lo menos me da buen rollo intentarlo.
--¡Qué tontería!
--Pues sí, pero como al final todo es una tontería, da lo mismo, no pierdo nada. ¿Para qué sirve trabajar y ganar pasta y guardarlo todo si igual, cuando te mueras, no te vas a llevar nada?
--Sirve para vivir bien, tranquilamente.
--Vale, pero curiosamente yo que, en teoría, soy el gilipollas que pierde la vida con sus libritos inútiles, vivo más tranquilo que tú, que estás guardando la plata para vivir tranquila.
--¿Y ahora me vas a criticar a mí? Me gustaría saber qué harías tú si yo no estuviera obsesionada en guardar la plata, como dices.
--Yo no te estoy criticando.
--¡Qué cómodo! ¿No? Yo trabajo como una burra y tú vives como un rey y todavía tienes el morro de decirme que soy una miserable de mierda que sólo piensa en el dinero.
--Yo no te he dicho eso.
--Siempre me estás dando a entender que soy una cutre que sólo piensa en el dinerito.
--Yo no he dicho eso, sólo dije que dedicarse a escribir libros es tan inútil como dedicarse a acumular pasta, no dije nada más.
--¡Claro que me lo estás diciendo! ¡Siempre me estás dando a entender que soy una cutre, que sólo pienso en el dinero!
--Vale, lo que tú digas, como quieras.

*

Ese mismo día compró el pasamontañas, la ropa negra, la toalla, el imán y los guantes.
Ya estaba todo preparado, ahora sólo faltaba entrar, esperar, saltar, subir, abrir, cortar, guardar, huir.

jueves, 29 de enero de 2009

bruselas: carrusel







si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

Tanto se rasca la cabra, que se daña.
Tanto da leche, que no da jugo.
Tanto se cuida, que se pierde.
Tanto canta, que termina muda.

Tanto se calienta el hierro, que se pone al rojo.
Tanto se bebe, que al día siguiente se está muerto de sed.
Tanto se come, que se acaba cagando.
Tanto se limpia uno el culo, que siempre está sucio.
Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.

Tanto vale el hombre, cuanto se le precia.
Tanto se le precia, que se acaba despreciándolo.
Tanto se vive en sociedad, que mejor se anda solo.
Tanto se ama, cuanto menos se es amado.
Tanto se quiere hablar, cuanto no se tiene quien escuche.
Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.

Tan malo es, que se le desprecia.
Tan bueno, que le piden prestado.
Tanto da, que le quitan.
Tanto le quitan, que se hace malo.
Tanto crece, que no hay quien le siga.
Tan grande es, que lo pisan.
Tan rápido va, que lo alcanzan.
Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.

Tan claro está, que lo tapan.
Tan seguro, que lo dudan.
Tan cierto, que lo tuercen.
Tan firme, que lo ablandan.

Tanto se tarda, que fracasa la empresa.
Tan agudo es, cuanto puya.
Tan diestro, como es siniestro.
Tan querido, cuanto es temido.
Tan admirado, cuanto es poco conocido.
Tanto destaca, cuanto a lo vulgar es parecido.
Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.

Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto llega, que siempre se va.
Tanto se tiene, que se quisiera no tener nada.
Tanto sabe, que lo ignoran.
Tanto se invoca la Navidad, que al fin llega

Príncipe, tanto vive loco, que sana,
tanto va, que al fin vuelve,
tanto se golpea, que muda de parecer,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.

*

¡Feliz Navidad, linda polla mía! Estas fiestas serán onanistas. Estaremos solos tú y yo, querido gusano, Navidad y Nochevieja. ¿Qué haremos? A que no lo sabes, a que ni te lo imaginas, picarón... ¡Páginas webs con chinitas desnudas, a saco! Me correría sobre el arbolito, si pudiera. Pero no puedo. No hay arbolito. Nadie lo ha montado.

bruselas: feria





si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

Si no vas a estar cuando yo llegue. Si no mostrarás emoción al verme. Si no te interesará lo que he hecho, del otro lado del mundo, en casi dos meses de viaje, más allá de un frío “¿cómo te fue?”. Si tú vuelves a casa a la hora que te da la gana. Si no te importa nada, entonces, ¿cómo puede fastidiarte que no haya dormido aquí la noche de ayer?

*

Te quejas, autor, de que la suerte sólo te sonríe de vez en cuando; pero siempre acabas consiguiendo lo que quieres. Ahora tienes trabajo en un hotel, lo has encontrado en menos de una semana. Mañana, quizá, te vayas a París. Quieres tenerlo todo sin esfuerzo, pero eso no es tener suerte, al contrario. Tan soso sería que, si lo probaras, sentirías que no sabe a nada.
(Ya ves, ahora me escribo mensajes de Navidad)

*

Corto la escritura marcial y, ahora que regresé a Barcelona, retomo la novelita del robo con allanamiento, esa en la que vuestro amigo y narrador, siguiendo el ejemplo de los clásicos, decide salir de su proletario anonimato con un acto glorioso: el robo de una obra maestra y su devolución frente a las cámaras de televisión, siguiendo el ejemplo de Eróstrato y de Rupert Pupkin.
Me parece que el personaje ya estaba presentado y la situación que iniciaba el conflicto también. Se supone que ahora toca introducir la trama para que el lector se enganche, siga con el librito, lo acabe, quede más o menos contento, y se acuerde de decir a sus amigos que lo compren. Todas las palabras que hay en estas páginas deberían llevar allí, a decir a sus amigos que lo compren; si aparecen muchos amigos que lo compran entonces serán felices los editores, los agentes, los distribuidores, los libreros, la madre del autor, etc.; será todo tan bonito que mejor ni lo cuento... Pero hay un problema: mientras el lector se acaba mi librito ya lo habrán sacado de la librería (al librito); no hay tiempo para recomendaciones, los stocks rotan cada tres meses, más o menos. Sólo queda trabajar duro con la portada y la contraportada, intentar pillar en el acto a quienes cojan mi librito entre sus manos. Es ahora o nunca. También habría que ubicar un par de reseñas en diarios con buena circulación; pero ese no es mi trabajo, es del editor. Yo sólo lo puedo ayudar con un título vistoso, y hasta ahora no se me ha ocurrido ninguno. Pero que mi parte en el negocio sólo tenga que ver con el título no me salva de tener que escribir algo que haga creer a los agentes literarios que vale la pena llevar mi librito a las editoriales y darles argumentos para convencer a los editores de que el lector dirá a sus amigos que etc. Adaptarse, o no existir. Entonces, se supone que para eso está la historieta del robo con allanamiento. Voy:
Cada mañana, en el museo, el vigilante de vigilantes asignaba las salas al azar, recorriendo el edificio con el grupo detrás, que seguía, metafórico, sus pasos.
El museo vivía en un antiguo palacio que, según las visitas guiadas, acentuaba la eternidad del artista. Una mañana nuestro héroe recibió una sala con dos ventanas. Cada ventana tenía su balconcito y, después de los balconcitos, un patio interior, rodeado por los edificios ruinosos vecinos.
Cuando nuestro héroe se acercó a las ventanas descubrió, tapando con el cuerpo el ángulo de la cámara de video-vigilancia, que podía abrirlas moviendo hacia arriba una palanquita de metal, sin ningún esfuerzo.
El lunes siguiente, día de descanso, estuvo recorriendo los edificios vecinos al museo. Torres oscuras y viejas, pobres, sin porteras.
Escogió, de entre todos los edificios que daban al patio del museo, el más ruinoso.
Correo comercial, dijo, para entrar, hundiendo los botones de los interfonos.
¡Dulce sed de venganza con la que compró nuestro héroe su martillo! ¡Oh dolor, para el candado oxidado, cuando sintió, tras dos golpes, que cedía! Y allí estaba el patio interior, resplandeciente, lleno de trastos viejos, abierto a las fantasías de nuestro pequeño y querido hermano que, esa noche, tuvo un extraño sueño: buscaba a un viejo amigo sin saber dónde. Lo buscaba, pero sin alejarse de donde estaba, porque tenía que seguir allí, cuidando. Si alguien entraba, en su ausencia, regresaría luego, una noche, ya casi madrugada, con el cuchillo, negro y bonito, de supervivencia, y usaría uno de sus lados, que es un serrucho, para degollarle. Sobre su cadáver el asesino dejará entonces caer un manojo de semillas, que germinarán mientras una vieja pasa sus últimos días sentada junto a ellas, recitando, circularmente, los mismos versos:

bruselas: feria






martes, 27 de enero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

En la calle, "verga qué ñeros, después de hablar tanta güevonada de lo bien que sabemos viajar mira cómo hemos caído... qué cagada... bueno, por lo menos no nos quitaron los pasaportes ni nos dieron coñazos”. "Es que a estos carajos no les conviene desmadrar a nadie; así no los pueden acusar de nada, ni robo, ni lesiones, nada". "Ya estarán supercuadrados con la policía". "Como lo hacen es perfecto, sólo con amenazas". "Claro, no puedes decir nada, allí está la cuenta, es tu palabra contra la de ellos". "Vamos a anular las tarjetas, que se jodan estos mamones, que les pague su puta madre". "¿Cómo?". "Diciendo que nos robaron las tarjetas en la tarde".
En el hotel le preguntan al recepcionista cómo reportar el extravío de sus tarjetas de crédito, reciben un papelito con la dirección de la oficina de la policía y compran una tarjeta telefónica que se agota por las contestadoras automáticas de las tarjetas de crédito. En internet no se abre la página de atención al cliente. "Vamos a salir de la denuncia de la policía primero, después seguimos con esto".
Caminan por una avenida transitada que luego se queda oscura y solitaria. Aparece una patrulla. Detienen a la patrulla y le muestran el papel escrito en chino. Los policías los suben a la patrulla, se detienen frente a un callejón oscuro, señalan que es hacia adentro. Ellos se miran la cara, se bajan, caminan, y sí, casi al final del callejón hay una estación de la policía.
Escriben la denuncia en inglés, diciendo que les robaron las tarjetas después de comprar unos zapatos en un centro comercial, hacia las 19 h.
Los tipos regresan al hotel caminando. En el camino el que no pidió nada cree ver al gordito que les señaló el bar, parado con un grupo de colegas. En el hotel, usando otro número de teléfono, el de la cerveza consigue anular su tarjeta. "¿Seguro que cualquier cargo posterior a la hora del robo será anulado?". "Sí, no se preocupe". "Vale, muchas gracias". El tipo que no pidió nada no consigue comunicarse con su banco, llama a sus padres para que lo intenten ellos y quedan en que le enviarán un mensaje por internet. Una hora después el mensaje llega, la tarjeta fue anulada.

*

Al día siguiente, paseando entre los canales de una ciudad vecina, a uno de los tipos le entra la paranoia, pensando que ahora, quizá, los matones los estarán buscando por la anulación de las tarjetas. Tendremos que llegar al hotel en taxi, y conseguir mañana también un taxi para que nos lleve a la estación del metro. ¿Y si hay alguien esperándonos en el hotel? Cualquier cosa llamamos al consulado, me bajo yo primero del taxi y si veo algo raro me vuelvo a subir, le decimos que nos deje en un hotel cinco estrellas y de allí llamamos a los consulados. ¿Y tú crees que pueda haber alguien esperándonos? No creo, pero si ya los carajos se dieron cuenta de que anulamos los pagos, seguro que querrán echarnos el guante. Esos averiguan en un momento que estamos en ese hotel, ahorita casi no hay turistas. De todos modos no creo que les sea rentable ocupar a un matón todo el día esperándonos, el pedo es que el hotel está casi al lado de su antro, no podemos ir por allí caminando, le habrán dicho a los pendejos que trabajan para ellos ofreciendo el sex massage que si nos ven por allí los llamen. Eso sí, seguro. Dentro del hotel no creo que se atrevan a hacernos nada. No van a armar un escándalo por mil dólares. Y además no ganan nada machacándonos, a ellos lo que les interesa es la pasta. Pero si nos cogen la cagamos. No quiero ni pensarlo. Qué bolas marico. Está de pinga, ¿no?, ¿qué tal China?, bien, pero tuvimos un problemita al final del viaje, y dejamos a unos matones buscándonos. Qué cagada, domicilio desconocido y metidos en peos con la mafia china de Shangai, qué bonito. Bello, el sueño de nuestras madres.

*

Estamos en el hotel, mi amigo sale al aeropuerto dentro de un rato, pero yo me voy mañana.
La idea es coger un taxi hasta una estación del metro, a una hora en la que haya mucha gente en la calle, atentos, al salir, de que no esté ningún matón esperándonos.
Yo estoy más jodido, tengo que irme mañana temprano, con la calle oscura y solitaria, no creo que encuentre un taxi a esa hora, y para llegar al metro tendré que atravesar, cargado con la mochila, el área de los ladies massage, fácil para una cuchillada. Lo mejor sería cambiar de hotel, quedarme cerca del tren que va hasta el aeropuerto, pero no tengo pasta. A ver qué pasa.
--Esto no promete mucho, ¿nos vamos?
--¿Ya viste cómo son los cines chinos? Pues sí, cojonudísimos, son la puta hostia. It's one of the most beatifull places that I have ever been in my whole fucking life.

nueva york: collecting people





si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

Esto no es real, dice el tipo de la cerveza. ¿No es real?, ¿tú dices que no es real?, esto es muy real, tienen que pagarlo, ¡¿Tarjeta de crédito o efectivo?! Nosotros no tenemos todo ese dinero, no podemos pagar, dice el de la cerveza. ¡¿Quieren problemas en Shangai?! ¡¿Buscan problemas en Shangai?! ¡Tienen que pagar esto!, grita el gilipollas, sobreactuando. Al lado, un chinito gigante, de unos veinte años, cambia sus posturas para hacerse notar. Espera, vamos a ver la cuenta, dice el otro tipo, el que no pidió nada. ¡Efectivo o tarjeta de crédito!, sobreactúa gritando el gilipollas. ¡Pero, ¿no nos puedes explicar la cuenta?!, pregunta el que no pidió nada. El gilipollas se inclina, explica con mala cara, y acaba gritando ¡¿Efectivo o tarjeta de crédito?! De verdad que no tenemos ese dinero, repite el de la cerveza, que reúne todo el efectivo que llevan, una trigésima parte de la cuenta de los matones, y lo pone sobre la mesa. Esto es todo lo que podemos pagar. El tipo lo mira a los ojos, ¿efectivo o tarjeta de crédito? No podemos pagar ese dinero, dice el de la cerveza, como cansado. Tendrán que hablar con el jefe. El gilipollas y sus dos matones se levantan e inmediatamente son reemplazados por un matón sin cuello y un tipo con cara de haber pasado boxeando las ocho novenas partes de su vida.

*

¿Van a pagar o no van a pagar? Pregunta el jefe, muy tipo duro, demasiado. Al de la cerveza le entran ganas de reír, las actuaciones son muy exageradas, desproporcionadas, son como de peliculita cutre. Después se da cuenta de que están a punto de desmadrarlo y se queda tranquilo. "Chamo, tendremos que pagar", le dice su amigo; "¿pero de dónde vamos a sacar toda esa plata?", "no sé, vamos a ver si podemos negociar". Le propone al jefe pagar la mitad con tarjeta de crédito. El jefe coge la tarjeta, le pide el pasaporte, "sólo mirarlo", dice el tipo que no pidió nada. El sin cuello, que está sentado junto al de la cerveza, se despierta un poco y se suena los nudillos. El de la cerveza lo mira, rodilla con rodilla, y piensa que mejor estaba la chinita de antes. El jefe regresa con el papel de la tarjeta de crédito, el que no pidió nada lo firma. El de la cerveza se levanta, el jefe grita ¡Siéntate! El de la cerveza lo mira, reflexiona, y vuelve a sentarse. El jefe dice "todavía falta la mitad". El que no pidió nada se deja caer en su asiento, frustrado. El de la cerveza dice "es todo lo que tenemos, no podemos pagar más". El jefe grita que Shangai es una ciudad muy peligrosa. El de la cerveza dice que ellos pueden ir al consulado y pregunta si es que acaso piensan matarlos. El jefe contesta que sus vidas pueden acabar en Shangai. El de la cerveza lo duda, pero no dice nada, y repite que eso es todo lo que tienen, que no pueden pagar más.
Son obligados a vaciar sus bolsillos, encuentran la tarjeta de crédito del que pidió la cerveza. "A esa tarjeta ya no le queda dinero", se la llevan. Regresan con un papel que cubre el total de la cuenta. El de la cerveza se sorprende, porque de verdad pensaba que a esa tarjeta ya no le quedaba saldo, y lo firma sin ganas, con un garabato. "¿Ya nos podemos ir?", pregunta el que no pidió nada. El jefe dice sí con la cabeza, el sin cuello se levanta y deja el espacio libre. Los tipos caminan hacia la salida, las chicas los despiden riéndose.

nueva york: collecting people





domingo, 25 de enero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

Una película donde dos tipos van caminando por una calle de Shangai, de noche, y se tropiezan con un gordito que les dice "ladies bar sex massage". Los tipos siguen caminando, y el gordito detrás insistiendo “ladies bar sex massage”. En la esquina cruza a la derecha y les dice, "Is here! Come on, come on!", pero los tipos como si nada, como si el gordito hablara con el aire. Hasta que uno le dice al otro "¡Coño!, ¿ese no es el sitio por el que pasamos ayer, el que estaba lleno de carajitas buenas?", y el otro responde, "como que sí". "¿Nos asomamos a ver?", y se asoman. Una discoteca decoración kitsh egipcia y, a la vista, desde la calle, una docena de chinitas muy guapas, riendo y saludando, sentadas en taburetes de espaldas a la barra.
El gordito, que está en la otra acera, dando a los clientes por perdidos, se acerca corriendo, "ladies massage sex massage". Uno de los tipos le pregunta, riéndose, de chiste, cuánto cuesta una mamada. El gordito suelta un precio un poco alto. El tipo dice que las chicas están muy bien pero que él no puede pagar eso. Okay okay, ¿cuál es tu precio? Yo no pagaría más de tanto. Okay, tanto. El tipo, suspicaz, vuelve a preguntar, "¿eso incluye la habitación?" Sí, con la habitación. “Coño, no está mal”, le dice al otro. Si quieres anda tú que yo te espero. “Okay?”, pregunta el gordito. Okay, responde el tipo. Entran. Un rubio de unos cincuenta años es el único cliente. Una chica joven, la anfitriona/madama, con cara de estudiante universitaria, les pide que se sienten para escoger a las chicas. Los tipos se resisten un poco, diciendo que no quieren tomar nada, pero acaban sentándose. El gordito desaparece. El rubio desaparece. Se acercan las quince chicas de la barra y uno de los clientes señala a una. La chica se sienta junto a él. “¿Qué tomarán mientras preparan la habitación?” Uno de los tipos pide una cerveza y el otro nada. Un camarero trae rápidamente una cerveza y cuatro vasos con una bebida que parece té. “Perdona, yo no he pedido esos tragos”, le dice el tipo de la cerveza a la madama, que está sentada en uno de los extremos de la mesa con forma de U; en el otro extremo está la chica escogida. “Ya lo sé, son de la casa, para las chicas”, “Pero yo no voy a pagarlos, ¿okay?”. “Okay”.

*

Traen una bandeja con snack. La chica escogida le pregunta al tipo de la cerveza de dónde es, el tipo le responde. La madama habla con el tipo que no pidió nada. Le dice que el lugar funciona como discoteca los fines de semana. Las bandejas siguen llegando y el de la cerveza pregunta cuándo subirá, porque no tienen mucho tiempo, dice que unos amigos los están esperando afuera. La madama le responde que va a preguntar y que ahora viene. Los tipos se miran, dicen esto está raro, ¿tú ves algún matón por allí?, por si acaso toma mi pasaporte y cuando suba espérame cerca de la puerta. Las bandejas siguen llegando. La escogida vierte el contenido de los cuatro vasos que llegan en uno solo y, de repente, lo desaparece detrás de su asiento, como un truco de magia, sin chorrear nada. La madama vuelve y dice que la habitación ya va a estar. Las bandejas siguen llegando, la chica vertiendo, el contenido desapareciendo.
¿Por qué están aquí todos estos vasos? La madama se ríe y le dice que se relaje, que no se preocupe. Los tipos se preguntan qué hacemos. En un par de segundos las dos chicas se levantan y son reemplazadas por dos gorilas y un gilipollas, que en una bandejita metálica (es un sitio serio) trae un papel con la cuenta del consumo. La cuenta es una cifra ridículamente alta, la misma del boleto aéreo Barcelona-Shangai-Barcelona.
--¡¿Cómo van a pagar, con tarjeta de crédito o en efectivo?! --pregunta el gilipollas, agresivo, haciéndose el tipo duro.

lisboa: gente







sábado, 24 de enero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

--We are the Lin Piao's followers.
--Lin Piao? He was a Marxist, no?
--No, it's a joke. In Spanish, in Venezuela, if you don't have money, you say "estoy limpio", which in English means "I am clean", I have nothing, even money. “Limpio” sounds like Lin Piao, the Mao's general; so, here, in China, we are the Lin Piao's followers. Our travel is the Lin Piao's long march.

*

Ya tengo la primera parte de la novela. Con un cacharro que traje de Barcelona la metí en el ordenador de bolsillo; pero he encontrado que este segundo capítulo, el de China, se ha alargado demasiado. Y sólo estamos a mitad de viaje. Lo cortaré aquí. Dejo Xian, Luoyang, Zhenzhuo, Chulín, Kaifen, Beijing, Shangai y Hanzhou para otro libro; uno que no escribiré.

*

Hace un rato, ya de noche, caminamos por una calle vecina a un templo donde la gente hacía genuflexiones levantando antorchas de incienso. Más adelante se nos atravesó un cine.
¿Cómo será un cine chino? Ni idea, ¿nos metemos a ver? Seis rupias chinas, media rupia europea, un regalo. Había dos opciones, según los carteles: un sucedáneo cutre de Conan el Bárbaro o una película china para adolescentes llamada Campus Universitario. Yo creo que esa es la menos indigna, ¿no?, por lo menos aparece una chinita medio en pelotas.
Compramos las entradas usando señas y nos enfilamos en la dirección que nos señaló el dedo de la mujer de la taquilla. Es macabro el sitio ¿Dónde coño está la sala? Le mostramos los tickets a unos tipos que nos señalaron unas escaleras de lata. Subimos, abrimos una puerta sucia y vieja. En la pantalla un chino de lentes decía no sé qué, hablando en chino muy correctamente. Una mujer de lo que, según este librito, sería la vida real, se acercó a marcar nuestros tickets. La sala estaba vacía. La mujer nos hizo señas de que no era allí, nos acompañó afuera, y nos señaló un balcón desmadrado, en un edificio cercano, en el mismo patio, casi al frente.
Llegamos a otras escaleras, mucho más ruinosas que las primeras. Coño, nos van a violar, nos van a matar, nos van a coger... ¿Dónde está la película? Por esta puerta no, está cerrada, por aquella tampoco, tiene que ser por esa. Nos metimos en un cuchitril donde un tipo sentado miraba una televisión en blanco y negro junto a una hornilla de carbón mineral que le servía de calefacción. Le mostramos las entradas y el tipo nos hizo señas para que avanzáramos a través de una cortina. Esto como que es un cine porno barato. Y sí, efectivamente, cuando entramos, en una pantalla de tres por dos metros cuadrados, un chino le acariciaba las tetas a una chica joven. Mi amigo explotó en una risa. En una esquina de la imagen estaba la dirección de una página web.
Buscamos donde sentarnos mientras el tipo le pellizcaba los pezones a la chinita. Cuando por fin nos sentamos el plano se abrió para que el tipo le acariciara el coño a la chica que estaba en bragas con las piernas muy abiertas. Alguien carraspeó y soltó un escupitajo.
Un tipo caminó hasta una caseta junto a la pantalla y apagó el video. Pantalla azul. Poco después comenzó un nuevo video. Algunos asistentes se levantaron y salieron de la sala. Comenzó la siguiente proyección:

paris: torre eiffel




si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

Me llegó un correo largo de mi ex. Me pregunta si le pedí que me enviara el archivo de la novela para hacer que leyera los chats guardados en esa carpeta, muy bonitos, muy eróticos, muy... no sé... sólo decirme que nosotros nunca tuvimos una unión tan especial, y que se extraña de que no buscara antes a mi amor recurrente. Entonces comienza una disertación sobre lo que debe de estar sufriendo mi amor recurrente por su infidelidad, con el corazón dándole vuelcos al saber que ando por allí y otras sintomatologías. Mi ex está segura de que mi amor recurrente acabará arrepintiéndose, dándose muchísima lástima, según su propia experiencia. A continuación mi ex afirma que es posible dominar las situaciones, aunque en su caso, y en el de mi amor recurrente, sea difícil, porque son impulsivas, enamoradizas, ilusas y cabezas locas; dice que yo, en cambio, sé bien lo que quiero, todo lo medito, lo pienso, lo repienso, lo analizo, y por eso no tengo excusa, porque no actúo por impulsos, y sé bien lo que le estoy haciendo a mi amor recurrente, el conflicto en que la estoy metiendo, y no me importa, porque la quiero para mí, ahora que estoy solo, porque no sé estar solo. A continuación, mi ex insiste en los problemas que tendrá mi amor recurrente por mi culpa, y pronostica que acabará tirando por la borda su matrimonio, su estabilidad y su vida, y sólo podrá descansar cuando no tenga nada. Luego habla de la vergüenza, la mentira y los remordimientos; de cómo se sentirá mi amor recurrente en la cena de Navidad. Después afirma saber del daño que me hizo, y el desprecio que sentí, y que ahora es como si estuviera con ella, pero del otro lado, y que ojalá eso me pueda servir para entenderla, porque la única diferencia es que lo nuestro iba mal desde hacía tiempo y mi amor recurrente, en cambio, tenía un buen matrimonio, aunque siempre estuvo enamorada de mí. Luego dice que me querrá siempre como el compañero de vida que fui, pero que al verme así con mi amor recurrente se termina de convencer de que la decisión de separarnos fue la mejor del mundo. Finalmente hace un recuento de su relación actual y de su estado emocional, y de su nueva vocación por la sinceridad, algo que aprendió por los errores en los diez años de nuestra relación de pareja. Cierra diciendo que está contenta de que podamos rehacer nuestras vidas, aunque ella no está muy segura de su pareja actual, que está como una cabra, y eso la ha llevado a ser la estable de la relación, jaja, quien se lo iba a decir. Un abrazo sincero, sin mentiras.
Mi ex.
*
Y un correo de mi amor recurrente:
perdóname nuevamente, te amo.
le comenté a mi amiga holandesa el pollo virtual que te monté de rencores de hace 13 años. le dio risa y me entendió porque a ella le pasó algo parecido con un tipo con quien estuvo saliendo hace 2 años pero que tenía novia, algo similar a lo nuestro quitando que éste era un borracho hijo de puta que se enrollaba con chicas en sus morros, tú por lo menos lo hacías en new york, bastante lejos de mis morros, jaja- y me preguntaba que por qué tenía que hablar de eso que ya pasó. me entendió la necesidad de decírtelo ahora que estoy contigo, si no estuviera contigo no hubiera cogido el teléfono para decir: buenas tardes, está por allí el escritor? mira, soy yo, aquella chica del congreso, sí, sí, la de las cartas, esa misma, ah! que te tenía que decir que eres un cabrón y un capullo por enrollarte conmigo habiendo tenido novia y por hacérselo saber a ella- estando conmigo, y por comenzar a salir con tu ex -que me imagino que ya te la estabas ligando antes de marcharme, a las horas de salir mi avión del aeropuerto. que no supiste a qué hora salió, ¿verdad? ah, verdad, es que no estabas, maricón. eso era todo. adiós, buenas tardes. éxito con la novela.
qué te parece? ja, ja. de puta madre. pero obviamente eso no lo hice porque no estabas. a mi amiga le cuesta entenderlo. ahora estás. ahora vuelves. ahora puedo hablar contigo. y puedo y necesito hablar de eso. del dolor viejo. después entendió un poco. dice que por mucho que me quieras te quieres más a ti mismo, que si me quisieras de verdad lo mejor que podrías hacer es no entorpecerme la vida. después le comenté que la querías conocer. y me dice: yo no, no quiero conocer al tío que te está moviendo tanto. después dice que si estoy contigo es porque llenas algún vacío y que si yo soy feliz contigo y algún día me divorcio para estar contigo, bien, siempre y cuando me vea feliz ella estará feliz. es una buena amiga. me ha ofrecido, igualmente, las llaves de su piso. a ver si le saca copia esta semana y nos podemos ver. me dice que le da cosa con mi marido, que le quiere mucho, pero más me quiere a mí y que yo tengo su corazón, es una poeta!!! jaja. y que como buena madre holandesa diría "para que lo estén haciendo en cualquier parte, mejor en mi casa", mi amiga es un personaje!!! después yo me río porque anda saliendo con uno que llamamos baby boy, 28 añitos, muy enorme el muchacho, le conocí, y le encanta dar por culo, en el sentido literal, y a ella que le duele, y que no quiere, y el tío que es un bestia, pero muy cariñoso. ése es el de cachondeo. el de medio en serio es un judío de tel aviv que conoció por trabajo y anda viendo cómo va la historia. ya te contaré. cuéntame de tu amigo, cuáles son las ideas malsanas que te propone?, aparte de irnos a vivir juntos. como está él? su vida? dale muchos saludos. le recuerdo con simpatía.
imagínate una vida juntos tú y yo, yo amarrada a barcelona por estar el padre de mi hija y a ti picándote las ganas de ir de aquí para allá. a mí también pero aguantando por mi hija y su padre. no lo soportarías. una razón más para seguir como estamos mientras podamos. un beso. buenas noches. o buen día, casi, allá.

nueva york: central park