Me acordé de una vez que seguía el ejemplo adolescente y, de golpe, vi a un policía con una pistola calibre 38 en la mano, a un palmo de nosotros.
—¡Mierda, los policías!
—¡¿Qué?!
—¡Suidadanos, bájense del carro!
—Qué ladilla…
—¡¿Y usted por qué tiene esa pistola en la mano? ¿Nos va a disparar?!
—Tranquila no le des cuerda.
—¡Bájense del carro e identifínquense!
—Aquí está mi cédula. No te bajes, dame tu cédula.
—¿Se puede sabé qué hacían aquí, suidadanos?
—Hablando.
—¿A esta horas?
—Sí.
—Nos van a tené que acompañá a la comandancia.
—¿Y eso por qué?
—Pa que declaren.
—¿Para que declaremos qué? No quiero ser pedante, pero hay un problema, y es que soy abogado, y si no me dices cuál es el delito no te podemos acompañar a declarar nada, por eso de la extralimitación de funciones y el abuso de autoridad. Digo, que puede ser que te metas en problemas con tu jefe, creo yo.
—(… )
—(… )
—Súbase la camisa.
—(… )
—Vio, tiene er botón der pantalón abielto.
—Tenía gases y la ropa me queda pequeña porque he engordado. ¿Cuál es el delito? ¿Los gases o el sobrepeso?
—Escándalo en público.
—¡¿Escándalo público?! ¡¿Pero este hombre puede ver adentro del carro con los vidrios ahumados?! ¡Si desde afuera no se ve nada! ¡Y además a esta hora no hay nadie en la calle! ¡¿Cómo puede ser un escándalo público si no hay público?!
—Tranquila no te molestes, que el agente nos va a dejar ir porque ya sabemos que no podemos estar aquí en la calle. Pásame el celular, de todos modos, ¿cuál es su nombre, oficial?
—¡Pero ni que fuéramos delincuentes! ¿Por qué no se ponen a buscar a los malandros de verdad?
—Pásame el celular… gracias… ¿me dice su nombre, oficial?
—(… )
—Bueno agente, nosotros nos vamos… ya sabemos que no podemos estar aquí porque es peligroso.
—No los queremo volvé a encontrá así parados.
—Claro… no me volverá a encontrar parado.
—Y la prósima ve póngale un caltelito al carro que diga «abogao».
—Okay, pero el carro no es mío… bueno hasta luego.
—(… )
—(… )
—(… )
—¡Qué rabia con esos tipos, la tratan a una como si fuera una puta por estar besándose en su carro!
—Son unos cabrones. Están tratando de encontrar a alguien que se asuste para matracarlo.
—Qué plaga.
—Creo que es la primera vez en mi vida que me alegro de ser abogado.
WORK IN PROGRESS
sábado, 31 de marzo de 2007
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