No sólo eres tacaño sino además pedigüeño; no te basta con el techo, también quieres comida; te sirves la mejor parte y, para colmo, dejas el plato lleno. Para ti ser pobre no es un problema, eso está claro; el problema, entiendo, pretendes que sea para mí.
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Problema: un criminal huye de algo, pero no sabe de qué. Eso que lo persigue (si en realidad es perseguido por algo) puede tener tres caras.
Puede ser un ente omnipotente, contra el que no vale la pena luchar; así que lo mejor sería sentarse en el suelo, mirar el paso de los días, y disfrutar de la vida hasta que pase lo que tenga que pasar.
Podría ser también un ente poderoso, pero no omnipotente, del que es posible alejarse y escapar. O, por último, podría ser simplemente una pandilla de degenerados y gamberros, que cuando se aburran ya no molestarán más.
Pregunta: ¿cuando sales de paseo, los domingos, y te echas sobre el césped, tranquilamente, a tomar el sol, buscando formas en las nubes y toda la pollada, sabes, realmente, quién está detrás de ti? Una histérica que parió para gritar en público, me dirás; pero no, seguro que no, y mejor así porque, hagas lo que hagas, sólo lo sabrás cuando te caiga encima, y entonces ya será tarde; te quedarás así, inmóvil, aplastado por tu destino, hasta el día del Juicio Final, si es que llega.
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Publicidad gráfica: en la base de la pirámide, donde normalmente están las especies vegetales típicas del bioma, hay fábricas y casas y paradas de bus y mercados y edificios públicos y etc.
Sobre la base, en el lugar de los herbívoros, todos los que un gastado marxista llamaría proletarios. También se puede poner directamente aquella famosa pintura que ahora no recuerdo cómo se llama, la que usa Bertolucci para cerrar Novecento.
Sobre los herbívoros-proletarios, en el puesto de los omnívoros, los empleados cualificados, la clase media, con sus disfraces de enfermera, contable, ingeniero, profesor, abogado, y todo eso.
Sobre ellos, lógico, los predadores: medianos empresarios, puestos de mando en organizaciones fuertes, etc.
Arriba, los superpredadores, ya se sabe, los de siempre.
Y, para acabar, en la parte más alta de la pirámide, los carroñeros, una buena pandilla de mendigos y fascinerosos o, como se diría, de vagos y maleantes.
Abajo a la derecha, discretamente llamativo, el logo del partido conservador o, quizá, de un partido radical de izquierdas, lo que vaya mejor, da igual.
WORK IN PROGRESS
sábado, 5 de abril de 2008
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3 comentarios:
Es curioso que alguien diga que eres 'todo un corazón' cuando es incapaz de entenderte, no te parece?
Supongo que radica justamente en eso, en la simple fascinación de la persona en si, porque crees que si no entiendes lo que dice, es porque fijo que está diciendo algo importante. Entonces viene cuando ya todo le da igual, incluso parece que su fascinación aumenta por ello, y se enorgullece de no entenderte, ya no lo intenta, ya es un hecho (creo que esa es la peor parte del asunto).
Y yo me pregunto, ¿en qué lugar de la pirámide crees que quedaría un hueco para esta especie?
En fin...
Esta semana retomo la página 52.
Un abrazo, Armando.
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