Un día después de la no charla del escritor peruano fue mi lectura, la nuestra, más bien, la de los novísimos escritores; pero lo interesante de la noche no es la lectura, sino un trabajo a cuatro manos, dos bocas, y cinco dedos, que vino después.
La lectura bien, gracias, la primera mitad de la sala con gente llegada allí no sé por qué, y la mitad de atrás con estudiantes arrastrados por sus profesores, nivel primeros años de universidad.
Leí un par de cuentos, alguien más leyó, y los demás improvisaron sobre sus pretensiones, casi siempre. Después hubo una ronda de preguntas, de las que no me acuerdo. Me puse nervioso, hablando en público, no me acordaba de lo que se sentía, y para mí no se siente bien.
Pero nada, la parte buena de la historia (o, por lo menos, la más divertida), tiene que ver con una compañera de lectura, futura Premio Planeta, que trabajaba en una revista fashion para hombres. Varios meses después, por mail, nos pusimos de acuerdo para escribir la historia en dos versiones. La idea se quedó en suspenso, como todo en Sudacalandia; pero está el esqueleto en mi bandeja de correos electrónicos:
--Pongo tres subtítulos ya y cada uno hace media página por subtitulo:
el gran baile
la alberca
el ascensor
Ahora pon otros 3 y lo mismo. Los mezclamos y a ver qué...
-- de la feria al gran baile
del gran baile a la alberca
de una habitación a la otra
Perfecto, ahora comienza el juego.
¿Cuántos días para acabar?
-- No sé. Lo que nos tome. Si lo tengo listo en dos semanas lo envío. mua
*
De la feria al gran baile. En el medio hubo una cena, y el gran baile, lo único que tuvo de grande, fue los metros cuadrados, pero de eso hablo luego.
La cena era parte de la invitación. En tres mesas los novísimos escritores, el crítico prestigioso, y sus anexos.
En el coche, de venida, a falta de sitio, la futura Premio Planeta se me sentó encima, la buena suerte, joder, otra vez, pensé, viendo que comenzaba el juego, el viejo, el de siempre.
Dentro del coche el alboroto, los novísimos haciendo gracias, contando aventuras, y una vecina hablándome de un proyecto de intercambio entre países latinoamericanos, un escritor recibe a otro un par de meses y ese otro, después, recibe a quien lo recibió, para escribir un texto sobre la experiencia.
--Suena bien.
--Sí, ya tengo el presupuesto casi aprobado, ¿quieres participar?
--Joder, claro, pero estoy viviendo en España, ¿no hay problema?
--¿En España?, ¿no eres venezolano?
--Sí, pero estoy viviendo en Barcelona desde hace siete años.
--Tengo que ver, hasta ahora sólo tengo contacto con gente de Latinoamérica, tengo que ver.
Mientras tanto, entre curvas, frenazos y sacudones, iba acariciando lento, con un pulgar, un trocito de muslo de la futura Premio Planeta, que hacía como que no se daba cuenta, igual que yo.
WORK IN PROGRESS
domingo, 11 de mayo de 2008
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1 comentario:
Llámame purista o puñetera, pero en el detallado trabajo, faltan citar dos instrumentos :la boca, que no rie, pero sonrie (esta vez son 3) y el tercer brazo, opcional minipimer a ritmo salsa je,je….y que tan bien cuentan en ese planeta de Sudaculandia, conste que ,desafortunadamente, solo lo se de oidas. De todas formas voy a confesarme ,virtualmente, en esa preciosa iglesia, que invita al retorcimiento…si las rejas me permiten escalar las cumbres borrascosas, están muy empinadas je,je.
PD) Pido disculpas por la parida comentario, pero llevo demasiado tiempo de baja ,empiezo a tener visiones y las cuento textualmente je,je
Un abrazo.paula
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