Rejuvenece, ilumina, embellece, da vida… El amor es un producto (marca de un programa informático para retocar fotografías).
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Mezclando santos, luchadores y candidatos electorales, los mexicanos parecían pasar el rato. Yo prefería el Museo de Antropología, era más fácil de entender. En el piso de abajo lo que dicen que pasó hace quinientos años, en el de arriba lo que se supone está pasando ahora; aunque claro, cuando sales del museo, y pateas la calle, no se parece a lo que hay adentro. Falta, supongo, construir un tercer piso para explicar cómo las fiestas tradicionales, las viviendas de barro, los cacharritos metálicos y los trajes típicos, se convirtieron en mercadillos ambulantes, edificios de hormigón, coches desvencijados y zapatos made in USA fabricados en China. En esa tercera planta podrían explicar, también, el cómo de los contrastes entre opulencia y miseria, y el qué va a pasar (o esto quizá ya pida un cuarto piso). En las pantallas de video, junto a las vitrinas de la exposición, podrían soltar testimonios de gente, autobiografías de un par de minutos, contando los personajes cómo llegaron hasta donde están. El problema es que entonces quizá a los grupos de estudiantes que visitan el museo se les despierte el rebelde, y se pongan a joder. Mejor dejarlo así, entonces, que como burbuja está del carajo, el museo y el parque todo, Chapultepec.
Del museo me alejé caminando por el Paseo de la Reforma, deslizándome por una muestra de las ciudades que hay en la ciudad. En algún momento una estatua de Gandhi me dijo no sé qué sobre la lucha por la paz, y los nombres de las calles (ciudades y personajes del mundo) me hablaron de una vocación hacia afuera, por lo menos oficial, que no he visto en ningún otro lado. Ese aire de tarea escolar en las cosas públicas parece que es normal, supongo que se usa para hacer creer que se intenta educar al pueblo, o algo así; de todos modos, como sea, es divertido pasar de Génova a Marsella, y de Lyon a Bruselas, en unos cuantos pasos.
Por la Reforma me acompañaron vacas, vacas edificios, vacas fantasmas, vacas ángel exterminador, vacas descuartizadas, vacas bailarinas de ballet, The cow parade, creo que era el nombre de la instalación, firmada por no sé cuántos artistas plásticos, cada uno con su vaca; me sorprendió ver a las vacas completas, collares y bigotes, aunque durmieran a la intemperie desde hacía un par de semanas y cientos, quizá miles, de marginados hubieran pasado junto a ellas, sin tocarlas; en Caracas, en dos días ya no quedaría nada de la exposición, o sí, vacas saqueadas, vacas rotas, vacas orinadas, vacas mutiladas, vacas graffiteadas, vacas asesinadas. Las vacas me mostraron cuánto estos carajos quieren a su ciudad, aunque se los esté comiendo.
WORK IN PROGRESS
martes, 27 de mayo de 2008
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6 comentarios:
Me ha gustado muchísimo Armando, de corazón. Un relato del carajo, lleno de sensibilidad ,sin sensiblería y con ese toque de ironía, que tan bien manejas .
Entre tu y yo, las vacas funcionan desde la primera cita je,je.
Un abrazo
Es curioso lo que dices, de que te ha gustado especialmente este fragmento. No es el tipo de textos que me entusiasme más (de hecho, lo he escrito un poco como relleno, porque estos días ando un poco bajo de inspiración, supongo que porque estoy tranquilo), pero es la gracia de la escritura, que no se sabe, nunca, el efecto que produce el texto sobre el lector. Cada día me convenzo más de que uno no lee, sino que se lee; de que estando amarrados dentro de nosotros mismos sólo podemos entender las cosas a nuestra manera, y que el texto sólo es la excusa para vernos sobre el papel, y para intuir, lejanamente, lo que el personaje que lo produjo tenía en la cabeza. Hay algunas lecturas sobre mis garabatos que, como escritor, me atraen, otras que me sorprenden, y otras que no entiendo (por ejemplo, algún comentario puesto en la biografía de este blog, donde la lectora captó un tono diametralmente opuesto a mi intención), y es una de las grandes ventajas de tener este espacio, ese feedback inmediato que no tienes con los libros. De hecho, con los libros no tienes feedback de ningún tipo, porque los comentarios de los amigos vienen viciados, y los de los críticos, si hay alguno, peor. Lo más confiable, sobre las lecturas que produce el libro, es lo que alguien te dice que escuchó sobre otra persona que comentó el texto, ya ves el nivel de confiabilidad. Aquí en el blog, jugando con el anonimato, puede uno pensar, más o menos, que los comentarios son honestos. Así que muchas gracias, otra vez, por tu atención, y a ver si me explicas lo de las vacas, que no lo entiendo.
Uf!! Nuevamente tengo que decir, que me ha gustado, esta vez, tu comentario. Tienes mucha razón y por eso me dedico a comentar, en vez de a escribir y lo hago con toda honestidad, aunque con impropias atribuciones, difíciles de entender y explicar. Por una extraña razón de peso(hecha una vaca)y otras coincidencias, que omitiré, pues pertenecen a la percepción de otra persona, me sirves de espejo de aumento y reflejas esas sensaciones, que remueven mis instintos, que me hacen oler tintas y sacan a la cuentista, que llevo dentro y a la cual, llevo tiempo, pretendiéndome cargar a golpes de silencios. Me jode reconocer mi debilidad y me horroriza la perdida de control, el miedo a volver al dolor de abrirme, las visitas a mi misma….Bueno, menudo drama je,je, tendré que hacerme el ánimo y empezar a aceptarme ,no solo a admirarme, los narcisos pa el balcón je, je.
Lo de las vacas, se refiere a mi primer comentario en tu blog, respecto al problema de las vacas y las armas. Me atrajo y me impacto, encontrar el tipo de planteamiento, me pareció brillante y más después de leer tu autorizada biografía ,me sonó a cierta.
Gracias por tu paciencia, intentaré no desbordarme y no expresar ,más allá de mis sensaciones propias, que te aseguro que son muchas je,je.Me daré a la foto,las palabras me pierden.
Un abrazo
Interesantes Paula, tus palabras.
Dicen tantas cosas, tan claras y parece todo tan verdaderamente honesto como dices, y ese descontrol que te hace explotar y que al mismo tiempo intentas evitar...
Entonces alguien te tira de la lengua y se convierte en tu momento. Sale tu yo real y tu conversación se convierte en un vaivén, que va enlazando con otra y que la mayoría de las veces al que está delante lo pierde. Entonces decides dejar la conversación y te limitas a responder únicamente a la pregunta que te han hecho, pues lo demás te parece relleno, lo ves en la cara del otro, que optará, probablemente, por no volver a preguntar.
Las visitas (de tu yo real) a ti misma (a lo que aparentas ser) dolor a abrirte, tu debilidad... Todo eso considero es síntoma de tu instinto (de hecho creo que comentas eso mismo), nada más. Poca gente queda con tanta personalidad. Y lo jodido es no poder compartirlo con nadie, necesitar soltar todo eso y que no haya nadie que escuche, o mejor dicho, a quien le interese.
La buena noticia es encontrar a alguien, que existe, pero que a veces está ahí, escondido en alguna parte. En silencio.
Fíjate, a mi también las palabras me pierden, hasta el punto de opinar sin conocimiento de causa, arriesgando a equivocarme, la mayoría de las veces.
Y me gusta la gente a la que la boca le pierde (y a la que casualmente también se le suele dar bien la fotografía, quizás porque intenta inmortalizar todo aquello que se esfuerza por no decir).
Un saludo Armando.
Muchas gracias , por el regalo de tu calidez…………(dejo espacio para el nombre, el sexo prefiero imaginarlo je,je)por tu mensaje y por tus halagos, la honestidad es un buen piropo.
Tu intuición va por muy buen camino y el rápido desenfunde de lengua, ha sido oportuno y magníficamente expresado, pero como imaginarás, faltan esos matices de historias, lecturas y encuentros, que ,como los unicornios, solo sobreviven en silencios. Bien se que existen y también, como diría Silvio, cuanto duele cuando los pierdes….pero siempre queda el rastro de confianza, para seguir caminos.
Un placer escucharte (aunque ya te había visto por aquí) y fotografiarte con sensaciones(saldrás guap@ je,je). Las otras fotos, se las dejo a Armando, yo no tengo más cámara que mi mirada.
Nuevamente disculpas Armando por ser Okupa ,pero no había otra opción, entre desblogueadas, que pedir asilo para responder, la cortesía del comentario lo merecía.
por mi del carajo, me entusiasma que se abran estas conversaciones en este espacio, de verdad, además, es mucho más artístico que se produzca esta especie de "blog en paralelo", donde el narcisismo un poco pedorro de quienes abrimos un blog no existe, así que sólo queda la honestidad.
Creo que entiendo bien la idea, y sí, probablemente sólo intento, intentas, intenta, intentamos, fotografiar, todo eso que, a falta de oídos, acabamos silenciando.
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