--Invitarlo a unos tequilas.
Silencio.
--Para que se lleve un recuerdo lindo de México.
Silencio tenso. Los dos policías me miran.
--Acabe sus tacos tranquilo, amigo.
Silencio.
El otro policía:
--Maestro, ¿usted qué escribe?
--Poesía.
--¿Poesía?
--Sí, poesía de amor. De amor y filosófica.
--Chinga, ¿y eso cómo es? --el primero.
--Como Octavio Paz.
--Yo no creo que usted pueda escribir como don Octavio, perdóneme --el primero.
--No claro, don Octavio es demasiado grande, pero yo lo sigo, humildemente.
--Así sí, mire que en esta vida hay que ser humilde.
--Como don Octavio.
--¿Mande?
--Nada, lo de la poesía.
Silencio.
Entonces, ¿correr, o no correr? Esa es la pregunta ¿Es mejor esperar los golpes y patadas de la cabrona suerte o armarse de valor y salir corriendo? O mentir, fingir, tal vez callar...
--Maestro, ¿estamos listos?
Silencio.
--Venga con nosotros, pues.
NOTA: Necesito a un mexicano que me traduzca los diálogos.
2 comentarios:
Una vez mas, me he anticipado al desenlace,lo de los tequilas es una buena opción y más con el Paz.
El silencio y correr,son tentaciones a tiempo y del tiempo.
Voto por mentir,es mi argumento favorito.
Bueno quizás llego un pelín tarde pero yo opto por aliarte.. pero el silencio jamás!!
Invitarlos a algo y quedar como colegas. Y por ejemplo decir..qué cabrón el tio ese que mató a la madre de su amigo..
un abrazo
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