WORK IN PROGRESS

lunes, 3 de septiembre de 2007

sin titulo: fragmento

Hay gente jodida, por aquí. Jodida de verdad, no las pendejadas que se ven en Europa, de una pierna menos, un brazo corto, gilipolleces de esas, importadas de los Balcanes. Los jodidos locales superan todas las expectativas, todo lo imaginable. Hace un momento vi a un monstruo de verdad. Mejor que cualquier película. Los dos pies miraban hacia adentro, se tocaban las puntas, por delante. Y las manos no estaban muy lejos, en cuanto a diseño. Pero no era eso lo importante, era la cara, hinchada, tensa, como a punto de explotar. Los ojos en blanco y como con ganas de salirse. No sé qué coño puede ser, pero el tipo lo debe tener difícil, esto de vivir. Creo, por suerte, que no se da mucha cuenta de nada. Me parece que era un poco bobo, también. Supongo que vendría así de nacimiento. Y ya se ve, su padre no quiso esconderlo, aunque fuera tan feo; Urano, escucha, tienes mucho que aprender. El monstruo circulaba por la calle como si nada. Ni siquiera se tomaba la molestia de pedir dinero, para rentabilizar su estado. Tampoco se iba al otro lado de las murallas, frente al mar. Que allí se reúne la peña chunga, voluntariamente, no sé por qué, todos los días. Sólo durante el día. En la noche, entra a la ciudad, la peña chunga, pasea su alcoholismo, vende hachis, habla con las paredes, se alimenta de la basura, huele pega, cae inconsciente en el medio de la calle, orina las esquinas, se dedica a existir, a su manera, como hacemos todos, cada uno como mejor puede. En la noche, el lumpen entra a la ciudad y pasa el rato haciendo cosas de estas. Pero en el día desaparece. Se va fuera de las murallas. Hay que abrir las tiendas para los turistas, se entiende.

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