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sábado, 23 de mayo de 2009
viernes, 22 de mayo de 2009
la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)
Tiempo de despedidas y buenos deseos. Primero, con un buen amigo publicista (acabó en apretón de manos y promesa de volver a vernos antes de irme). Segundo, con un amigo músico (acabó en apretón de manos y promesa de volver a vernos antes de irme). Tercero, con mi amor recurrente (acabó en beso largo). Cuarto, con un buen amigo periodista (acabó en mensaje al móvil: gracias por la invitación, muy buena la cantautora cubana, dulce voz, dulces canciones, dominio de escena, huí por la turba, preferí la tranquilidad de un hotel) y otra vez con mi amor recurrente (acabó en sexo duro, en una habitación con dos literas, pasando de una cama a otra según las posiciones; quiso follar cuatro veces, no me dejó dormir). Quinto, con la de Castelldefels (acabó en episodio de impotencia). Sexto, con una excolega veinteañera en un trabajo de ferries (acabó en muchos abrazos y un beso, con un momentito de lengua, ella haciéndose la ofendida, pero riéndose, fuiste tú quien abrió la boca, me defendí yo). Séptimo, con un amigo venezolano bien pensante y su mujer recién parida (acabó en buenos deseos mutuos) y al rato, con la de Castelldefels, que me quiso mostrar a sus amigos, digo mostrar a mí, como si fuera una barbie, yo, no ella, a pesar de que es ella la rubia flaca (acabó en mi cama, donde no quiso tener sexo, me dijo que no le venían ganas, que ya esto lo hemos hablado). Octavo, con mi amor recurrente, que me traía parte de las películas (acabó en polvo rápido, corriéndome sin esperarla, en mi habitación, y promesa de volver a vernos antes de irme). Noveno, cita con la enfermera, para el viernes.
*
Mitos: MUERTE DE VERSACE
En el número 1116 de la avenida Art Decó, en Miami, el diseñador Gianni Versace fue muerto cuando se disponía a entrar en su vivienda.
El asesino disparó a sangre fría dos veces sobre el modisto. Las balas fracturaron la hipófisis mastoidea del temporal derecho, hundiéndose a continuación en la masa cerebral. En su trayectoria, los proyectiles desgarraron una parte de la corteza auditiva del gigante de la moda; causaron graves daños en el área somatosensorial, atravesaron la corteza primaria, y acabaron alojadas junto al parietal izquierdo, después de dejar sin vida a la celebridad.
Al momento de morir, Versace lucía una camiseta manga corta de algodón negro (precio aconsejado 108 €); pantalones de línea clásica (tallas del 50 al 54); botines de cuero (ref. vermsho-dsu3224-dubmc-d41ebY-neropelle), y ropa interior de material sintético (consulte el catálogo en www.versace.com).
*
Décimo, otra vez mi amigo publicista y una desconocida (acabó en apretón de manos y promesa de volver a vernos antes de irme, y con las desconocidas tetas rozando mi mano, la que sostenía la cerveza, y mi amigo publicista diciéndome que me dejaba con la chica, muy simpática; yo respondiéndole que simpática sí, pero un poco gilipollas; bueno, tampoco lo pidas todo; es verdad, si me voy a poner exigente ya me puedo ir arrancando para la casa; la chica que vuelve, las tetas que siguen rozando mi mano, mientras le digo que no uso drogas, nada, que nunca he usado, lo más fuerte que he probado es la marihuana; ¿de verdad?; de verdad; tendrías que probar el éxtasis, con el éxtasis el roce de un dedo en el cuello --ejemplificando, su dedo en mi cuello--, te hace sentir enamorado, aunque al día siguiente te des cuenta de que todo ha sido una puta mierda; ¿y no te malacostumbras?, digo, después, ¿no te parece aburrido follar sin usar éxtasis?; no; tus besos sin éxtasis, ¿cómo son?; ¿me estás pidiendo que te de un beso?; puede ser, sí; yo te puedo comer la boca ahora mismo, y me gustaría, pero hoy no vamos a echar un polvo, tengo la regla, aunque eso no me importa, pero ayer me dejaron muy dolida; ¿sexo duro, por detrás y por delante?; no, con los dedos; a mí me da igual si no follamos, si quieres comerme la boca y no follar yo no tengo ningún problema; ¿estás seguro?, ¿no prefieres buscarte a otra pava?; no, prefiero un beso tuyo, no me importa que no follemos, de verdad, hoy mismo dormí con una chica que no quiso tener sexo, toda la noche juntos y nada; ¿de verdad?, ¿y los toqueteos?; yo comencé a toquetear, pero ella me dijo que no estaba de ánimo; algo malo le tienes que haber hecho; ¡qué va!, soy sudaca, ¿no ves?, me toca ser caballeroso, es una chica dura, no por el sexo, que ya hemos follado, sino de personalidad, es complicada, pero bueno, probamos lo del beso sin éxtasis, ¿no?; vale, pero hoy no vamos a follar, ¿cuándo me dijiste que te ibas?; el lunes; ¿el próximo lunes?; sí, en una semana; ¿eso quiere decir que para echar un quinqui tiene que ser esta semana?; o en París; ¿te sirve el jueves o el viernes?; el jueves, el viernes lo tengo ocupado; ya te mandaré un mail, pero hoy sólo besos, ¿vale?; vale; bueno, haz lo que tengas que hacer; cogerla por la cintura, y acariciarle la espalda, y lamerle un poco el cuello, la oreja, mientras ella movía su cuerpo contra el mío, la pelvis, apretando mi polla, después las bocas, las lenguas; eres buena con esto, bastante buena; tú también; volvió a los besos; veintidós, veintidós besos y veintidós años, con experiencia de cincuenta; con una mano seguí el sujetador, desde la espalda, por el lado de adentro, lentamente, hasta que llegué al pezón, lo acaricié, y sentí la mirada del barman, demasiada luz, muy a la vista; deberíamos irnos a otro sitio; yo afuera no voy; ¿por qué?; porque no, porque vamos a acabar follando; ¿por qué lo dices?; porque sí, porque lo sé; ¿y si nos vamos para allá atrás?; vale, yo te sigo; me metí entre la gente y, cuando llegué, Orfeo cumplidor, me giré y había desaparecido, por ningún sitio, nada, se fue, ganas de joder. La Eurídice extasiada se llevó mi correo electrónico pero no creo que aparezca; al carajo, que se quede en el Averno).
Undécimo, otra vez con mi amor recurrente (empezó en atracón de comida mexicana y acabó en un banco del parque detrás del monasterio de San Cugat, riéndonos, burlándonos uno del otro, y con promesa de volver a vernos antes de que me vaya). Duodécimo, con mi amigo publicista, mi amigo periodista, y otro buen amigo escritor tránsfugo al catalán, cazador de premios con subsidios, gloria de ateneos y ayuntamientos comarcales, que presentaba su último premio, en formato libro, en el Ateneo Barcelonés (acabó en muy buenos deseos y promesa de volver a vernos, uno a uno, o todos juntos, en París). Décimo tercero, conmigo mismo (pasé el día fotografiando Barcelona, tenía años sin hacerlo, acabó en promesa de seguir viéndonos, antes y después de irme, quién sabe). Décimo cuarto, con la enfermera (acabó en abrazos y buenos deseos, no quiso besos; está enrollada con un policía, claro, era eso, el policía). Décimo quinto, con mi ex (acabó en reunión con su nuevo grupo de amigos, pianistas, uno de ellos su actual rollete, que tiene novia, él, y estaba allí, ella, violinista, supongo que al tipo le gustan las cuerdas frotadas; acabó en abracito, frente al edificio donde vivo, y en buenos deseos). Décimo sexto, con mi amor recurrente (acabó, después de un orgasmo compartido en mi habitación embalada, en muchos te quiero y me harás falta y ojala algún día, quien sabe si…
FIN
*
Mitos: MUERTE DE VERSACE
En el número 1116 de la avenida Art Decó, en Miami, el diseñador Gianni Versace fue muerto cuando se disponía a entrar en su vivienda.
El asesino disparó a sangre fría dos veces sobre el modisto. Las balas fracturaron la hipófisis mastoidea del temporal derecho, hundiéndose a continuación en la masa cerebral. En su trayectoria, los proyectiles desgarraron una parte de la corteza auditiva del gigante de la moda; causaron graves daños en el área somatosensorial, atravesaron la corteza primaria, y acabaron alojadas junto al parietal izquierdo, después de dejar sin vida a la celebridad.
Al momento de morir, Versace lucía una camiseta manga corta de algodón negro (precio aconsejado 108 €); pantalones de línea clásica (tallas del 50 al 54); botines de cuero (ref. vermsho-dsu3224-dubmc-d41ebY-neropelle), y ropa interior de material sintético (consulte el catálogo en www.versace.com).
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Décimo, otra vez mi amigo publicista y una desconocida (acabó en apretón de manos y promesa de volver a vernos antes de irme, y con las desconocidas tetas rozando mi mano, la que sostenía la cerveza, y mi amigo publicista diciéndome que me dejaba con la chica, muy simpática; yo respondiéndole que simpática sí, pero un poco gilipollas; bueno, tampoco lo pidas todo; es verdad, si me voy a poner exigente ya me puedo ir arrancando para la casa; la chica que vuelve, las tetas que siguen rozando mi mano, mientras le digo que no uso drogas, nada, que nunca he usado, lo más fuerte que he probado es la marihuana; ¿de verdad?; de verdad; tendrías que probar el éxtasis, con el éxtasis el roce de un dedo en el cuello --ejemplificando, su dedo en mi cuello--, te hace sentir enamorado, aunque al día siguiente te des cuenta de que todo ha sido una puta mierda; ¿y no te malacostumbras?, digo, después, ¿no te parece aburrido follar sin usar éxtasis?; no; tus besos sin éxtasis, ¿cómo son?; ¿me estás pidiendo que te de un beso?; puede ser, sí; yo te puedo comer la boca ahora mismo, y me gustaría, pero hoy no vamos a echar un polvo, tengo la regla, aunque eso no me importa, pero ayer me dejaron muy dolida; ¿sexo duro, por detrás y por delante?; no, con los dedos; a mí me da igual si no follamos, si quieres comerme la boca y no follar yo no tengo ningún problema; ¿estás seguro?, ¿no prefieres buscarte a otra pava?; no, prefiero un beso tuyo, no me importa que no follemos, de verdad, hoy mismo dormí con una chica que no quiso tener sexo, toda la noche juntos y nada; ¿de verdad?, ¿y los toqueteos?; yo comencé a toquetear, pero ella me dijo que no estaba de ánimo; algo malo le tienes que haber hecho; ¡qué va!, soy sudaca, ¿no ves?, me toca ser caballeroso, es una chica dura, no por el sexo, que ya hemos follado, sino de personalidad, es complicada, pero bueno, probamos lo del beso sin éxtasis, ¿no?; vale, pero hoy no vamos a follar, ¿cuándo me dijiste que te ibas?; el lunes; ¿el próximo lunes?; sí, en una semana; ¿eso quiere decir que para echar un quinqui tiene que ser esta semana?; o en París; ¿te sirve el jueves o el viernes?; el jueves, el viernes lo tengo ocupado; ya te mandaré un mail, pero hoy sólo besos, ¿vale?; vale; bueno, haz lo que tengas que hacer; cogerla por la cintura, y acariciarle la espalda, y lamerle un poco el cuello, la oreja, mientras ella movía su cuerpo contra el mío, la pelvis, apretando mi polla, después las bocas, las lenguas; eres buena con esto, bastante buena; tú también; volvió a los besos; veintidós, veintidós besos y veintidós años, con experiencia de cincuenta; con una mano seguí el sujetador, desde la espalda, por el lado de adentro, lentamente, hasta que llegué al pezón, lo acaricié, y sentí la mirada del barman, demasiada luz, muy a la vista; deberíamos irnos a otro sitio; yo afuera no voy; ¿por qué?; porque no, porque vamos a acabar follando; ¿por qué lo dices?; porque sí, porque lo sé; ¿y si nos vamos para allá atrás?; vale, yo te sigo; me metí entre la gente y, cuando llegué, Orfeo cumplidor, me giré y había desaparecido, por ningún sitio, nada, se fue, ganas de joder. La Eurídice extasiada se llevó mi correo electrónico pero no creo que aparezca; al carajo, que se quede en el Averno).
Undécimo, otra vez con mi amor recurrente (empezó en atracón de comida mexicana y acabó en un banco del parque detrás del monasterio de San Cugat, riéndonos, burlándonos uno del otro, y con promesa de volver a vernos antes de que me vaya). Duodécimo, con mi amigo publicista, mi amigo periodista, y otro buen amigo escritor tránsfugo al catalán, cazador de premios con subsidios, gloria de ateneos y ayuntamientos comarcales, que presentaba su último premio, en formato libro, en el Ateneo Barcelonés (acabó en muy buenos deseos y promesa de volver a vernos, uno a uno, o todos juntos, en París). Décimo tercero, conmigo mismo (pasé el día fotografiando Barcelona, tenía años sin hacerlo, acabó en promesa de seguir viéndonos, antes y después de irme, quién sabe). Décimo cuarto, con la enfermera (acabó en abrazos y buenos deseos, no quiso besos; está enrollada con un policía, claro, era eso, el policía). Décimo quinto, con mi ex (acabó en reunión con su nuevo grupo de amigos, pianistas, uno de ellos su actual rollete, que tiene novia, él, y estaba allí, ella, violinista, supongo que al tipo le gustan las cuerdas frotadas; acabó en abracito, frente al edificio donde vivo, y en buenos deseos). Décimo sexto, con mi amor recurrente (acabó, después de un orgasmo compartido en mi habitación embalada, en muchos te quiero y me harás falta y ojala algún día, quien sabe si…
FIN
jueves, 21 de mayo de 2009
la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)
También está aquello de la física cuántica, lo conoces, ¿no? Dicen los científicos que hay muchos universos y una sola realidad. No sé, no me preguntes a mí, eso es lo que dicen ellos. Por lo que entendí, sólo podemos saber de un pedacito muy pequeño de uno solo de esos muchos mundos, pero hay millones de millones de universos posibles parecidos y simultáneos a éste que vemos. No, no sé dónde están, no tengo la menor idea. Entonces, imagínate, también habrá millones de millones de personas, como tú, leyendo esto, sin enterarse de nada, exactamente igual a como estamos ahora los dos. Quién sabe, quizá dentro de cientos o miles de años. Sí, es como si hubiera millones de millones de clones y de mutantes circulando por allí, en todos esos universos. Si por azar chocas con alguno, ¿por qué no?, podrías regresar a tu casa un día y encontrar que no tienes un hijo, sino dos. Y entonces, ¿qué vas a hacer, mandar a uno de ellos a la calle, a que se devuelva a su universo, a su realidad? ¿Pero a cuál hijo, cómo lo escoges? Tendrías que revisar segundo a segundo sus vidas para saber cuál es la copia y cuál es el original, y eso no se puede, ya se sabe, nadie puede revisar así la vida de los demás, ni siquiera la propia. Sí, lo puedes decir, claro, que son gemelos, pero entonces, ¿cómo te lo montas con el gobierno? ¿De dónde sacas los papeles de la maternidad?
*
No te quise decir nada del informe para no contaminar tu opinión, pero lo que me comentas tiene mucho que ver con lo que yo percibí. Cuando le dije a una amiga que el informe me había puesto un poco sociopático, argumenté algo así como que en parte habían llegado a conclusiones correctas, pero por el camino equivocado. Ahora me explico: las conclusiones de los agentes, o algunas de ellas, como experiencia de lectura, son más o menos válidas (lo que me dices, el lápiz rojo se lo tengo que pasar, claro, y no es novedad, estaba esperando que el tiempo enfriara mi recalentamiento de autor y además ver qué decían los agentes), pero la impresión que me dejó el informe es de que no entendieron bien de qué va el rollo, y no porque estén muy claros con el mercado editorial, sino por simple incapacidad. La alerta me la dio la última frase, cuando me sueltan aquello de que "antes de ayer un artesano nos dijo..."; en el mail de respuesta, donde les daba las gracias por tomarse la molestia de comentar y etc., no pude aguantar soltarles la pedantería de "por cierto, el artesano se llamaba Michelangelo, y trabajaba el mármol, no la madera"; es una frase del italiano, y claro que no es obligado saberlo, pero el hecho de que me manden la tontería en formato autoayuda me dio un poco de repelús. Siguiendo con mi amiga, que me preguntó qué pienso hacer, le dije: revisaré la novela, claro, seguiré algunas recomendaciones, cortaré lo que vea sobrante, mejoraré lo que vea mejorable, añadiré lo que crea necesario añadir para aclarar algunas cosas, pero no voy a hacer nada que cambie la estructura, el proyecto, o lo que sea que el texto es (porque comparto contigo la idea de que, de entrada, el texto no busca ser una novela tradicional sino la traducción de una visión del mundo, o sea, que me guían mas los muñequitos de Chartres que El jorobado de nuestra señora de Paris). ¿Y qué es lo que te molesta?, me preguntó mi amiga. Que es como producir vino y tener que poner la producción en manos de un comercial experto en coca-cola, que no tiene puta idea de vinos, y que a la hora de venderlos no sabrá qué argumentar. ¿Y entonces, qué vas a hacer? Por el momento adaptarme un poco, porque me interesa intentar entrar a España y salir del circuito académico de Sudacalandia, pero tampoco quiero desmadrar lo que he hecho; porque más sentido tendría entonces escribir otra cosa, no sé, algo por encargo; total, le dije, si no les entra, al carajo, sigo publicando en Latinoamérica y ya. Ese, más o menos, fue el sentido de mi respuesta. El estado sociopatico se me paso. El libro, no se si bueno o malo (tiendo a creer que tiene "sus valores"), no tiene por qué cambiar. Si el precio para entrar al mercado español es escribir otra cosa, pues nada, bien por él, yo no estoy suficientemente motivado para adaptarme. Por las visitas al blog creo que los editores menosprecian el interés por la literatura no tradicional en España (de hecho, me sorprende ver que hay casi tantas entradas de España como de toda Sudacalandia junta, nunca se me hubiera ocurrido), pero bueno, el negocio es suyo, yo no lo voy a cambiar.
En resumen, no quiero ponerme en la postura de autor incomprendido, se trata de un tema práctico: si el producto es difícil de vender en España, lo "regalo" en otro lado. No sé, ya se verá.
Y muchas gracias por tus comentarios que, por supuesto, me parecen cojonudamente lúcidos (es obvio, refuerzan mis ideas), lo bueno es que sé que te salen de las tripas, que no hay intención de endulzar o de ser compasivo o de yo qué sé, no es tu estilo.
Pues eso, mil gracias otra vez, un fuerte abrazo.
*
Hola:
Pues esperamos a que nos cuentes novedades. Me gustó la idea de las formas de la naturaleza relacionadas con el argumento.
Ah! La frase que te comentamos no es de Miguel Ángel (aunque pueda parecerlo), sino de Domingo, un humilde y sabio artesano de la madera que aprendió el oficio de su abuelo y que vive en los Ancares leoneses. Los bosques casi vírgenes de esta reserva son una de sus fuentes de inspiración, muchas veces ve las formas en los troncos caídos que luego esculpe en madera, siempre en madera, porque lamentablemente no hay mármol en la región y él nunca salió de allí.
Un beso,
*
No te quise decir nada del informe para no contaminar tu opinión, pero lo que me comentas tiene mucho que ver con lo que yo percibí. Cuando le dije a una amiga que el informe me había puesto un poco sociopático, argumenté algo así como que en parte habían llegado a conclusiones correctas, pero por el camino equivocado. Ahora me explico: las conclusiones de los agentes, o algunas de ellas, como experiencia de lectura, son más o menos válidas (lo que me dices, el lápiz rojo se lo tengo que pasar, claro, y no es novedad, estaba esperando que el tiempo enfriara mi recalentamiento de autor y además ver qué decían los agentes), pero la impresión que me dejó el informe es de que no entendieron bien de qué va el rollo, y no porque estén muy claros con el mercado editorial, sino por simple incapacidad. La alerta me la dio la última frase, cuando me sueltan aquello de que "antes de ayer un artesano nos dijo..."; en el mail de respuesta, donde les daba las gracias por tomarse la molestia de comentar y etc., no pude aguantar soltarles la pedantería de "por cierto, el artesano se llamaba Michelangelo, y trabajaba el mármol, no la madera"; es una frase del italiano, y claro que no es obligado saberlo, pero el hecho de que me manden la tontería en formato autoayuda me dio un poco de repelús. Siguiendo con mi amiga, que me preguntó qué pienso hacer, le dije: revisaré la novela, claro, seguiré algunas recomendaciones, cortaré lo que vea sobrante, mejoraré lo que vea mejorable, añadiré lo que crea necesario añadir para aclarar algunas cosas, pero no voy a hacer nada que cambie la estructura, el proyecto, o lo que sea que el texto es (porque comparto contigo la idea de que, de entrada, el texto no busca ser una novela tradicional sino la traducción de una visión del mundo, o sea, que me guían mas los muñequitos de Chartres que El jorobado de nuestra señora de Paris). ¿Y qué es lo que te molesta?, me preguntó mi amiga. Que es como producir vino y tener que poner la producción en manos de un comercial experto en coca-cola, que no tiene puta idea de vinos, y que a la hora de venderlos no sabrá qué argumentar. ¿Y entonces, qué vas a hacer? Por el momento adaptarme un poco, porque me interesa intentar entrar a España y salir del circuito académico de Sudacalandia, pero tampoco quiero desmadrar lo que he hecho; porque más sentido tendría entonces escribir otra cosa, no sé, algo por encargo; total, le dije, si no les entra, al carajo, sigo publicando en Latinoamérica y ya. Ese, más o menos, fue el sentido de mi respuesta. El estado sociopatico se me paso. El libro, no se si bueno o malo (tiendo a creer que tiene "sus valores"), no tiene por qué cambiar. Si el precio para entrar al mercado español es escribir otra cosa, pues nada, bien por él, yo no estoy suficientemente motivado para adaptarme. Por las visitas al blog creo que los editores menosprecian el interés por la literatura no tradicional en España (de hecho, me sorprende ver que hay casi tantas entradas de España como de toda Sudacalandia junta, nunca se me hubiera ocurrido), pero bueno, el negocio es suyo, yo no lo voy a cambiar.
En resumen, no quiero ponerme en la postura de autor incomprendido, se trata de un tema práctico: si el producto es difícil de vender en España, lo "regalo" en otro lado. No sé, ya se verá.
Y muchas gracias por tus comentarios que, por supuesto, me parecen cojonudamente lúcidos (es obvio, refuerzan mis ideas), lo bueno es que sé que te salen de las tripas, que no hay intención de endulzar o de ser compasivo o de yo qué sé, no es tu estilo.
Pues eso, mil gracias otra vez, un fuerte abrazo.
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Hola:
Pues esperamos a que nos cuentes novedades. Me gustó la idea de las formas de la naturaleza relacionadas con el argumento.
Ah! La frase que te comentamos no es de Miguel Ángel (aunque pueda parecerlo), sino de Domingo, un humilde y sabio artesano de la madera que aprendió el oficio de su abuelo y que vive en los Ancares leoneses. Los bosques casi vírgenes de esta reserva son una de sus fuentes de inspiración, muchas veces ve las formas en los troncos caídos que luego esculpe en madera, siempre en madera, porque lamentablemente no hay mármol en la región y él nunca salió de allí.
Un beso,
miércoles, 20 de mayo de 2009
la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)
Que la verdadera amenaza no son los extraterrestres sino los mutantes; los mutantes y los clones. Esos que van por allí sin que puedas distinguirlos, que se apropian de cuerpos de gente que conoces, o que los duplican. Asusta, ¿no? ¿Cómo sabes, por ejemplo, que no es un mutante tu hijo? No lo puedes saber porque el mutante y él son idénticos. Incluso los recuerdos, parece que también los duplican. Han avanzado mucho últimamente, con las nuevas tecnologías. Buscan información en internet, en las páginas personales, ya sabes, el Facebook y esas cosas. Y tienen máquinas que reproducen los recuerdos, los guardan, digitalizados, y luego los implantan en el clon. Retiran al organismo original e insertan al clon, por decir algo, en el camino de regreso a casa, y nadie se entera. ¿Que para qué quieren al organismo original? No sé, para hacer experimentos científicos, supongo; para ver cómo reacciona en otras circunstancias. Como los científicos nazis, ¿sabes?, esos que inyectaban aceite de oliva extra virgen a los judíos para ver qué les pasaba. Sí, ya sé que para eso están los monos y los ratones, pero no te duplican para inyectarte cosas, no, eso no es rentable, sino para estudiar tu conducta humana; para aprender más de la gente y así perfeccionar los mecanismos de manipulación, porque al final es sólo eso, quieren dominarnos a todos, como en la película Mátrix.
Fíjate en tu propio caso, ¿cómo puedes saber que no te han duplicado, que no hay otro igual a ti, por allí, viviendo vidas que nunca imaginaste?
*
Buenas,
cuando recibí el informe el viernes lo abrí, pero dos señales en las primeras líneas me aconsejaron dejarlo para una lectura un poco pausada. Las señales son la palabra "Humilde" y la palabra "Sinopsis" seguida de las dos primeras líneas. Una vez repasado el documento, paso a darte mi opinión, por supuesto también "humilde", no vamos a ser menos.
Creo que hay algunas recomendaciones que debes tomar en cuenta, por ejemplo lo de las repeticiones, pero entiendo que eso es algo que ibas a tener que hacer igualmente: una relectura para detectar incorrecciones, que siempre las hay, y algún exceso en el lenguaje. Lo de cortar algunos episodios ya no lo tengo tan claro, eso es algo que debes hacer tú aplicando tu criterio en esa relectura "crítica". Si finalmente cortas, anda con cuidado, ya que a mí me ha pasado lo contrario de lo que te comentan en las conclusiones: el libro no me va a menos sino al contrario. Para mí la revelación que va teniendo el lector de que no se trata de una novela no es un problema sino lo contrario. Precisamente creo que empezar la sinopsis diciendo "la novela" es un error de enfoque de cara a la presentación a una editorial. Quien intente buscar una trama semejante a la de una novela es lógico que se sienta algo frustrado y que el libro se le escape de las manos, o mejor del esquema mental preconcebido. Lo que has escrito es, en cierto modo, "más grande que una novela" (por explicarlo con mentalidad yanqui). Es un libro sin principio ni fin, un intento de plasmar el sentido o el sinsentido de una vida que fluye sin planteamiento, nudo ni desenlace, sino que pasan los días, los hechos, los países, las gentes sin que nadie sepa hacia donde nos lleva eso, como no sea a una muerte que en realidad no pone fin a nada... en fin, que se me va la olla, pero creo que tu libro renuncia a acotar la realidad dentro de la trama de una novela y, muy sorprendentemente, no fracasa en el intento: pese a ello es un libro que se sostiene. Por tanto yo empezaría por presentarlo no como novela sino como un libro de "autoficción", que precisamente ahora está de moda: recientemente he leído novedades en este género de Le Clezio, Modiano, Stuparich, o Amos Oz, y menos novedades y reediciones de Auster, Sherwood Anderson, Coetzee, Jack Kerouac... y te hablo solamente de libros que recuerdo ahora haber leído en los últimos, no sé, seis meses, máximo un año. Es ficción autobiográfica con un punto, digamos, original, o que por lo menos aporta algo nuevo respecto a muchos de los libros mencionados: este punto entre Celine y Sade, la sana intención de provocar, de cagarse en lo establecido, el humor ácido, la desintonía con el entorno (lógico, pues, que haya visiones "despreciativas", como la que te comentan de China)... con un lenguaje, con sus sudaquismos, que a mí me parece atractivo. Es cierto que lo de que no haya una trama continua puede hacer que el lector se desenganche, pero es que no puede ser de otra manera: es el riesgo que aceptas correr y, en mi "humilde" opinión, lo resuelves con imaginación y con la constante renovación formal. También es cierto que no me he puesto a leer el libro de un tirón ya que fui haciéndolo a medida que me llegaba, pero vaya, no creo que eso cambie mi humilde. Pero es que, además, que la novela moderna es fragmentaria, secuencial o como quieran llamarlo, es algo que está no solamente aceptado sino que es tendencia (mira el caso de Nocilla Dream, que personalmente no aguanto, pero está de moda, aunque todo esto ya ocurría por ejemplo en Rayuela).
Resumiendo: seguro que será bueno para el libro que lo releas con calma y lápiz rojo, pero con vistas a hacerlo más "comercial" lo fundamental es entenderlo como una ficción autobiográfica, divertida e irreverente, que pretende pintar el mundo a tamaño natural y que sigue, ahora mismo, dos tendencias del mercado: la novela desestructurada y la autoficción.
Humildemente,
Fíjate en tu propio caso, ¿cómo puedes saber que no te han duplicado, que no hay otro igual a ti, por allí, viviendo vidas que nunca imaginaste?
*
Buenas,
cuando recibí el informe el viernes lo abrí, pero dos señales en las primeras líneas me aconsejaron dejarlo para una lectura un poco pausada. Las señales son la palabra "Humilde" y la palabra "Sinopsis" seguida de las dos primeras líneas. Una vez repasado el documento, paso a darte mi opinión, por supuesto también "humilde", no vamos a ser menos.
Creo que hay algunas recomendaciones que debes tomar en cuenta, por ejemplo lo de las repeticiones, pero entiendo que eso es algo que ibas a tener que hacer igualmente: una relectura para detectar incorrecciones, que siempre las hay, y algún exceso en el lenguaje. Lo de cortar algunos episodios ya no lo tengo tan claro, eso es algo que debes hacer tú aplicando tu criterio en esa relectura "crítica". Si finalmente cortas, anda con cuidado, ya que a mí me ha pasado lo contrario de lo que te comentan en las conclusiones: el libro no me va a menos sino al contrario. Para mí la revelación que va teniendo el lector de que no se trata de una novela no es un problema sino lo contrario. Precisamente creo que empezar la sinopsis diciendo "la novela" es un error de enfoque de cara a la presentación a una editorial. Quien intente buscar una trama semejante a la de una novela es lógico que se sienta algo frustrado y que el libro se le escape de las manos, o mejor del esquema mental preconcebido. Lo que has escrito es, en cierto modo, "más grande que una novela" (por explicarlo con mentalidad yanqui). Es un libro sin principio ni fin, un intento de plasmar el sentido o el sinsentido de una vida que fluye sin planteamiento, nudo ni desenlace, sino que pasan los días, los hechos, los países, las gentes sin que nadie sepa hacia donde nos lleva eso, como no sea a una muerte que en realidad no pone fin a nada... en fin, que se me va la olla, pero creo que tu libro renuncia a acotar la realidad dentro de la trama de una novela y, muy sorprendentemente, no fracasa en el intento: pese a ello es un libro que se sostiene. Por tanto yo empezaría por presentarlo no como novela sino como un libro de "autoficción", que precisamente ahora está de moda: recientemente he leído novedades en este género de Le Clezio, Modiano, Stuparich, o Amos Oz, y menos novedades y reediciones de Auster, Sherwood Anderson, Coetzee, Jack Kerouac... y te hablo solamente de libros que recuerdo ahora haber leído en los últimos, no sé, seis meses, máximo un año. Es ficción autobiográfica con un punto, digamos, original, o que por lo menos aporta algo nuevo respecto a muchos de los libros mencionados: este punto entre Celine y Sade, la sana intención de provocar, de cagarse en lo establecido, el humor ácido, la desintonía con el entorno (lógico, pues, que haya visiones "despreciativas", como la que te comentan de China)... con un lenguaje, con sus sudaquismos, que a mí me parece atractivo. Es cierto que lo de que no haya una trama continua puede hacer que el lector se desenganche, pero es que no puede ser de otra manera: es el riesgo que aceptas correr y, en mi "humilde" opinión, lo resuelves con imaginación y con la constante renovación formal. También es cierto que no me he puesto a leer el libro de un tirón ya que fui haciéndolo a medida que me llegaba, pero vaya, no creo que eso cambie mi humilde. Pero es que, además, que la novela moderna es fragmentaria, secuencial o como quieran llamarlo, es algo que está no solamente aceptado sino que es tendencia (mira el caso de Nocilla Dream, que personalmente no aguanto, pero está de moda, aunque todo esto ya ocurría por ejemplo en Rayuela).
Resumiendo: seguro que será bueno para el libro que lo releas con calma y lápiz rojo, pero con vistas a hacerlo más "comercial" lo fundamental es entenderlo como una ficción autobiográfica, divertida e irreverente, que pretende pintar el mundo a tamaño natural y que sigue, ahora mismo, dos tendencias del mercado: la novela desestructurada y la autoficción.
Humildemente,
martes, 19 de mayo de 2009
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