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miércoles, 20 de mayo de 2009

la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Que la verdadera amenaza no son los extraterrestres sino los mutantes; los mutantes y los clones. Esos que van por allí sin que puedas distinguirlos, que se apropian de cuerpos de gente que conoces, o que los duplican. Asusta, ¿no? ¿Cómo sabes, por ejemplo, que no es un mutante tu hijo? No lo puedes saber porque el mutante y él son idénticos. Incluso los recuerdos, parece que también los duplican. Han avanzado mucho últimamente, con las nuevas tecnologías. Buscan información en internet, en las páginas personales, ya sabes, el Facebook y esas cosas. Y tienen máquinas que reproducen los recuerdos, los guardan, digitalizados, y luego los implantan en el clon. Retiran al organismo original e insertan al clon, por decir algo, en el camino de regreso a casa, y nadie se entera. ¿Que para qué quieren al organismo original? No sé, para hacer experimentos científicos, supongo; para ver cómo reacciona en otras circunstancias. Como los científicos nazis, ¿sabes?, esos que inyectaban aceite de oliva extra virgen a los judíos para ver qué les pasaba. Sí, ya sé que para eso están los monos y los ratones, pero no te duplican para inyectarte cosas, no, eso no es rentable, sino para estudiar tu conducta humana; para aprender más de la gente y así perfeccionar los mecanismos de manipulación, porque al final es sólo eso, quieren dominarnos a todos, como en la película Mátrix.
Fíjate en tu propio caso, ¿cómo puedes saber que no te han duplicado, que no hay otro igual a ti, por allí, viviendo vidas que nunca imaginaste?

*

Buenas,
cuando recibí el informe el viernes lo abrí, pero dos señales en las primeras líneas me aconsejaron dejarlo para una lectura un poco pausada. Las señales son la palabra "Humilde" y la palabra "Sinopsis" seguida de las dos primeras líneas. Una vez repasado el documento, paso a darte mi opinión, por supuesto también "humilde", no vamos a ser menos.
Creo que hay algunas recomendaciones que debes tomar en cuenta, por ejemplo lo de las repeticiones, pero entiendo que eso es algo que ibas a tener que hacer igualmente: una relectura para detectar incorrecciones, que siempre las hay, y algún exceso en el lenguaje. Lo de cortar algunos episodios ya no lo tengo tan claro, eso es algo que debes hacer tú aplicando tu criterio en esa relectura "crítica". Si finalmente cortas, anda con cuidado, ya que a mí me ha pasado lo contrario de lo que te comentan en las conclusiones: el libro no me va a menos sino al contrario. Para mí la revelación que va teniendo el lector de que no se trata de una novela no es un problema sino lo contrario. Precisamente creo que empezar la sinopsis diciendo "la novela" es un error de enfoque de cara a la presentación a una editorial. Quien intente buscar una trama semejante a la de una novela es lógico que se sienta algo frustrado y que el libro se le escape de las manos, o mejor del esquema mental preconcebido. Lo que has escrito es, en cierto modo, "más grande que una novela" (por explicarlo con mentalidad yanqui). Es un libro sin principio ni fin, un intento de plasmar el sentido o el sinsentido de una vida que fluye sin planteamiento, nudo ni desenlace, sino que pasan los días, los hechos, los países, las gentes sin que nadie sepa hacia donde nos lleva eso, como no sea a una muerte que en realidad no pone fin a nada... en fin, que se me va la olla, pero creo que tu libro renuncia a acotar la realidad dentro de la trama de una novela y, muy sorprendentemente, no fracasa en el intento: pese a ello es un libro que se sostiene. Por tanto yo empezaría por presentarlo no como novela sino como un libro de "autoficción", que precisamente ahora está de moda: recientemente he leído novedades en este género de Le Clezio, Modiano, Stuparich, o Amos Oz, y menos novedades y reediciones de Auster, Sherwood Anderson, Coetzee, Jack Kerouac... y te hablo solamente de libros que recuerdo ahora haber leído en los últimos, no sé, seis meses, máximo un año. Es ficción autobiográfica con un punto, digamos, original, o que por lo menos aporta algo nuevo respecto a muchos de los libros mencionados: este punto entre Celine y Sade, la sana intención de provocar, de cagarse en lo establecido, el humor ácido, la desintonía con el entorno (lógico, pues, que haya visiones "despreciativas", como la que te comentan de China)... con un lenguaje, con sus sudaquismos, que a mí me parece atractivo. Es cierto que lo de que no haya una trama continua puede hacer que el lector se desenganche, pero es que no puede ser de otra manera: es el riesgo que aceptas correr y, en mi "humilde" opinión, lo resuelves con imaginación y con la constante renovación formal. También es cierto que no me he puesto a leer el libro de un tirón ya que fui haciéndolo a medida que me llegaba, pero vaya, no creo que eso cambie mi humilde. Pero es que, además, que la novela moderna es fragmentaria, secuencial o como quieran llamarlo, es algo que está no solamente aceptado sino que es tendencia (mira el caso de Nocilla Dream, que personalmente no aguanto, pero está de moda, aunque todo esto ya ocurría por ejemplo en Rayuela).
Resumiendo: seguro que será bueno para el libro que lo releas con calma y lápiz rojo, pero con vistas a hacerlo más "comercial" lo fundamental es entenderlo como una ficción autobiográfica, divertida e irreverente, que pretende pintar el mundo a tamaño natural y que sigue, ahora mismo, dos tendencias del mercado: la novela desestructurada y la autoficción.

Humildemente,

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