WORK IN PROGRESS

domingo, 22 de julio de 2007

sin título: fragmento

Habría que follar con una chinita. Una follada larga en una mujer pequeña. Mi amigo insiste en que tienen cara de coño de niña, las chinitas. Mi amigo está un poco enfermo, la verdad. En casa están mucho mejor que en el extranjero, eso sí, las chinitas. Además responden bien a las miradas. No sé si lo hacen por curiosidad, interés económico, posibilidad de encontrar papeles, o lascivia. Uno y cuatro, o dos y tres, supongo. No sé cómo averiguarlo, porque fuera de Hong Kong las chinitas sólo hablan chino, y en Hong Kong no es que miren demasiado, en realidad. Mi amigo tiene una propuesta, como decían en la escuela “a saber”: hacer gestos obscenos, con la lengua o con las manos. Yo apuesto por los dibujitos, son más universales. Una chinita sonriente y desnuda, en el dibujito, y al lado un sudaquita de mierda, como nosotros, con la polla levantada; todos encerrados en el clásico corazón. Mostrar el dibujito, a ver qué tal, cómo reaccionan las chinitas.

Pero pasa el tiempo y aún no hacemos nada. Mirar y ser mirados, como niños, inocentes. El vacío en nuestros corazones y el semen acumulándose, creo que en nuestras próstatas.

Mi amigo está bastante jodido, víctima de los instintos: casi se la casca con un partido de voleibol femenino de la televisión. Rusia contra Brasil, eso sí, todo hay que decirlo.

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