WORK IN PROGRESS

martes, 31 de marzo de 2009

londres: construcciones







la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Me siento muy mal. Hablé con mi marido para decirle que necesito más tiempo. Él se ha puesto muy triste, me he sentido culpable. Pero cuando lo veo me doy cuenta de lo que es amar. Es tan distinto lo que siento con él. Tú eres el amor.

*

Publicidad gráfica: en la base de la pirámide, donde normalmente están las especies vegetales típicas del bioma, hay fábricas y casas y paradas de bus y mercados y edificios públicos y etc.
Sobre la base, en el lugar de los herbívoros, todos los que un gastado marxista llamaría proletarios. También se puede poner directamente aquella famosa pintura que ahora no recuerdo cómo se llama, la que usa Bertoluci para cerrar Novecento.
Sobre los herbívoros-proletarios, en el puesto de los omnívoros, los empleados cualificados, la clase media, con sus disfraces de enfermera, contable, ingeniero, profesor, abogado, y todas esas historias.
Sobre ellos, lógico, los predadores: los empleadores, medianos empresarios, puestos de mando en organizaciones fuertes, etc.
Arriba, los superpredadores, ya se sabe, los de siempre, esos que aprovechan a los predadores-empleadores.
Y, para acabar, en la parte más alta de la pirámide, los carroñeros, una buena pandilla de mendigos y facinerosos o, como se diría, de vagos y maleantes.
Abajo a la derecha, discretamente llamativo, el logo del partido conservador o, quizá, de un partido radical de izquierdas, lo que vaya mejor, da igual.

*

--¿No crees que pueda hacerse repetitivo conmigo? Yo no soy muy experimentada, precisamente.
--Tú tienes todo lo necesario: disfrutas de tu cuerpo y eres absolutamente libre, tienes la actitud correcta; es una de las ventajas de ser aristócrata.
--¡Yo no soy aristócrata!
--¡Joder, claro que sí! Mírate, y mira cómo actúas. Pero eso no es malo, es tu estado natural.
--¿Y qué significa para ti ser aristócrata?
--Sentir que tienes un derecho natural a ocupar la punta de la pirámide social, sin cuestionártelo, pensando que así será siempre, porque toda la vida lo has vivido, y lo has visto en tu familia, desde siempre.
--¿Y eso qué tiene que ver con el sexo?
--Que no te sientes nunca manipulada, porque te has acostumbrado a usar tú a los demás.
--¿Manipulada en el sexo? ¿Contigo? Si todo lo que hacemos lo disfrutamos los dos.
--Claro, pero no tienes tabúes, eso es perfecto. Eres aristocráticamente libre, sin prejuicios religiosos, ni cosas incorrectas, ni todas las estupideces represoras del bien pensantismo burgués típico de la clase media. Pero no me hagas caso, estoy hablando tonterías, casi un discurso político.
--Te entiendo.
--Quizá hay otra ventaja, y es que al ser musulmana no te han machacado en la escuela con tonterías cristianas. Por lo que me has dicho no tocan el tema sexo, así que cada quien lo lleva como mejor le parece según lo que oye en casa.
--El sexo es un asunto privado, nadie te debe decir lo que tienes que hacer.
--La iglesia cristiana sí, ha exprimido las bondades del complejo de culpa desde hace siglos. Siempre eres culpable de algo, incluso dentro de la vida matrimonial.
--Yo he pensado en eso muchas veces.
--¿Por qué lo dices?
--Por mi marido, por cómo me siento con él.
--Si tuvieras que volver con tu marido es muy probable que nos hagamos amantes.
--¡No, yo no quiero volver con él!
--Pero si pasara...
--¿Tú y yo amantes? ¡No! Yo quiero estar contigo. ¿Amantes para qué? ¿Mientras encuentras a otra y comienzas una relación real?
--La relación de amantes es tan real como cualquiera.
--¿Follar escondidos es real? Eso sería sólo una forma de escapar.
--La relación de amantes puede ser más íntima que cualquier matrimonio, por lo menos esa es mi experiencia reciente.
--Te estaban usando para escapar de un matrimonio aburrido.
--No, ella estaba bien hasta que yo llegué, nunca había vivido, casada, una historia con nadie. Pero siempre tuvimos mucha afinidad.
--No, su buen matrimonio era sólo una apariencia; ella estaba lista para caer y tú llegaste.
--Ella ama a su marido y disfruta la vida que llevan, y ahora vuelve a estar tranquila, pero conmigo se descontroló.
--Lujuria, deseo.
--Era más que eso; en algún momento estuvo dispuesta a cambiar todo para estar conmigo.
--Una locura temporal.
--Sí, es un buen nombre, pero igualmente es real.
--A veces la mente juega con uno; entonces hay que detenerse y reflexionar.
--Me asusta lo que dices.
--¿Por que?
--Porque creo que hablas de ti, no de ella.

*

Mapa:
Aleph-alpha-a-buey
Beth-beta-b-casa
Dalet-delta-d-puerta
Yod-iota-i-mano
Kaph-kappa-k-palma
Mem-mu-m-agua
Noun-nu-n-serpiente
Ayin-omicron-o-ojo
Pe-pi-p-boca
Resh-rho-r-cabeza

domingo, 29 de marzo de 2009

lisboa: gente





la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Quisiera que estuvieras aquí. Me siento tan sola y presionada. Estoy caminando hacia la casa de mi tío en este momento para intentar convencerlo de que autorice mi divorcio.

*

Mapa: Cataratas de la desesperación eterna.
Al fondo una montaña iluminada sobre la que se lee Heaven. En el camino hacia el espectador, que está ubicado, curiosamente, del lado chungo, las Planicies de la regeneración, a las que se entra por una puerta que dice Fe. A ambos lados de la puerta se extiende el Impenetrable cerco del pecado, y es de este lado, donde estamos, que aparecen nombres y detalles.
Un pantano oscuro y un río central bordeado de faros. El río se alimenta de lagunas, llamadas Malas lecturas y compañías, Asesinato pre-natal, Negligencia, Pasión, Orgullo, Juegos de cartas, Brujería, Bares, Divorcio, etc. Los canales que comunican las lagunas con el río principal se llaman del robo, del adulterio, de la desobediencia a los padres, de la blasfemia.
Y finalmente, frente al espectador, las cataratas por donde los barquitos caen, o se lanzan, ligera, feliz e irremediablemente.

*

Te extraño y te amo tanto. Ya pasó. Mi tío me ha dicho que dos semanas más de separación antes de tomar una decisión sobre el divorcio.

*

Mapa: Un mundo ideal
En el centro, la vivienda. Desde ella una calle larga sube hasta el río, bordeada de galerías de arte y cafés de mesas tambaleantes; una calle corta desciende al trabajo, directamente, siguiendo una línea del metro junto a la que se lee: menos de diez minutos, tres días y medio a la semana. Junto a la calle larga, un poco a la derecha, los Jardines de Luxemburgo y, después, la plaza Contrescape. Del otro lado del río, hacia arriba, el Pompidou (tierra de la tribu de La miradita petulante).
Alejándose del centro, una línea sinuosa atraviesa la Porte de non retour y se adentra en la ciudad de Barcelona (tierra de la tribu Mírame el ombligo); distintos puntos llevan nombres de amigos, amigas y amor recurrente. Al suroeste está Sitges, con dibujos turísticos de la iglesia, el paseo junto a la playa y las calles; y al norte Gerona, la Costa Brava, y Cadaqués (tierra de la tribu Aquí vivió y murió el genio-payaso de los bigotitos puntiagudos).
Hacia la derecha del mapa, ocupando un buen trozo, Italia (tierra de la tribu Cómo gritan pero qué buenas están), dividida en cinco provincias: Génova, Venecia, Florencia, Roma, y Costa Amalfitana. Tocando a Italia, en el extremo superior derecho, Moscú (tierra de la tribu No estamos cabreados, es que sobrios somos serios), y en el extremo inferior derecho, Estambul (tierra de la tribu Bienvenidos extranjeros, queremos que nos dejen ser como ustedes). Junto a Moscú, al Este, China (tierra de la tribu Aquí trabajan hasta los muertos), atravesada por una línea que sigue un itinerario de viaje; y al Este de Estambul la India (tierra de la tribu No te des mala vida, déjalo como está), con un gran punto negro en el centro que dice Orchha, y dibujos de selva y templos y cuevas con frescos.
Al suroeste de Estambul está Grecia (tierra de la tribu Somos campechanos pero no nos damos cuenta), agua, Creta (dibujos del templo de Cnosos), agua, y Egipto, con el Cairo y un gran signo de interrogación…

sábado, 28 de marzo de 2009

paris: pompidou





la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

--Capulla.
--Te amo.
--Y yo a ti, mucho, pero tienes que modernizar tu repertorio de insultos en español, bastardo es demasiado clásico, casi elegante.
--¿Fija de puta está bien?
--No, ese no existe, hijo de puta, me tendrías que decir.
--¿Y cuál más?
--¿Insultos duros, medios o suaves?
--Medios.
--Cabrón está bien, en España.
--¿Y qué significa?
--El marido de una adúltera, que lo sabe y no hace nada; ¡como yo!, ya ves, hasta me viene bien.
--¿Como tú por qué?
--Porque cuando decidimos separarnos le pregunté a mi ex si estaba o había estado con alguien y me contó, con gusto, de una buena cadena.
--¿Cómo te sentiste?
--Al principio no muy bien, claro; me fui a caminar por las montañas, al norte de España, una zona que se llama Cantabria, y estuve pensando en el tema; usé toda mi ironía y mi humor ácido contra mí mismo, me reí cínicamente de mi orgullo, y acabé viendo que podía aprovecharlo como una lección, si entendía el por qué.
--¿Y cuál fue el por qué?
--Muchas cosas pero, básicamente, había mucho de venganza, porque la hice sentir que ella no era importante para mí.
--¿Y por qué la hiciste sentir así?
--Uf, una historia complicada, ¿de verdad la quieres oír?

*

Me dices que tus amigos creen que te harás rico. Yo pienso igual. Eres lo bastante listo para conseguirlo, y suficientemente tonto para necesitarlo.

*

Publicidad gráfica: arriba, en letras de caligrafía amanerada, casi ridícula, como la que se usa normalmente en las tarjetas de boda, se lee: "Historia de mi vida".
De izquierda a derecha y de arriba a abajo, la misma mujer posa con individuos diferentes. Cada uno de ellos lleva, en el centro de la cara, tapando sus rasgos, una foto con un objeto característico. En el personaje que adivinamos baterista de un grupo de rock la foto que cubre su cara muestra una botella de whisky vacía; la foto del yuppie restos de polvo blanco sobre un vidrio; la del niño bueno el palito de una Chupa-chups; el último, el tipo serio, un vaso de agua por la mitad.
En el extremo inferior de la imagen: "Para cada etapa de tu vida". Tienda de ropa interior femenina.

viernes, 27 de marzo de 2009

paris: marais






la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

He tenido una pequeña charla con mi madre y con mi hermano sobre mi divorcio. No fue tan mal como esperaba. Te extraño mucho mi amor.

*

Mapa: Una cabeza simbólica.
En el cráneo tres zonas en vertical, cada una dividida en cuatro apartados.
Primera zona: knowledge, wisdom. Cultura, ciencia, filosofía y arte. En el cajón de la filosofía pintado un violincito, no se sabe para qué, entre un reloj y otra cosa; la sensación es un poco caótica.
Segunda zona: association, love. Religión, matrimonio, familia y hogar. Salpicadas, por aquí y por allá, entre los dibujitos, palabras como fidelidad, devoción, patriotismo, esperanza, etc.
Tercera zona: industry arise from will. Gobierno, trabajo, riqueza y comercio. Una pirámide, un tipo coronando a una mujer, un perro debajo de la palabra caution, un arcabucero detrás de la palabra defence.
Luego, por la cara y el cuello, palabras sueltas: ambición, firmeza, dignidad, etc. Junto a la palabra Action, se lee: cada órgano de la mente se conecta, en acción y simpatía, con una parte concreta de la cara y el cuerpo; pero están menos especializados en el cuerpo que en el cerebro [?].

*

--Árabe, musulmana, africana...
--Pero pareces francesa, y estás en un sector donde hay dinero, y en el que poca gente habla un árabe fluido.
--Están los marroquíes.
--Tú además dominas el inglés y el francés perfectamente, eres muy guapa y lista, una excelente carta de presentación para cualquier empresa relacionada con países árabes.
--Bueno, lo podría intentar, pero antes quisiera estudiar una maestría.
--Sí claro, exploras mientras estudias, y después decides.
--Con un visado de estudiante puedo trabajar dieciocho horas a la semana.
--Si encuentras una buena oferta yo podría ayudarte con los papeles.
--No, yo abuso de ti sólo en la cama.
--No es un abuso, es una necesidad práctica, nada más.
--¿Me estás diciendo que me case contigo por razones prácticas?
--No, yo espero que podamos estar bien juntos, estoy convencido, pero si no funciona no me importaría ayudarte con esto.
--¿Y después qué?, ¿otro divorcio?, ¡no gracias!
--Yo sólo quiero estar contigo, casado o no, como sea, pero estoy pensando, maquiavélicamente, en dos escenarios; en el primero, podemos amarnos como ahora toda la vida, esto sería ideal, y es lo que quiero; en el segundo escenario estamos juntos, lo intentamos, pero no sale bien, y entonces, abrirte la opción de trabajar y vivir en Europa para mí no es un problema.
--No, gracias, no necesito favores de nadie.
--Sólo era una idea, pero eres como yo, te carcome el orgullo.
--Pues sí, un poco :).
--Estoy seguro de que encontrarás un buen trabajo.
--En Europa es difícil.
--Depende del sector, en humanidades es una mierda, es frustrante.
--Pero tú lo has hecho bien, has disfrutado de la vida.
--Bueno, sí, no me quejo.
--Yo creo que eso vale mucho más que cualquier empleo.
--Ya, pero tengo la sensación de haber perdido el tiempo estudiando, podría haber hecho lo que hago ahora desde los veinte años.
--Yo tampoco he usado nunca mis estudios para trabajar.
--Pero tienes un empleo cualificado, mientras que yo tengo que esconder la cualificación para tener un empleo.
--La gente no entendería por qué un abogado puede querer un trabajo sencillo.
--La repuesta es el mercado de trabajo y la migración; mientras más te especializas más se reduce el área de trabajo, y los pocos puestos van a manos de los locales, que están mejor relacionados y son parte de la tribu; si la oferta de trabajo no es lo suficientemente grande como para necesitar mano de obra importada entonces los postgrados se vuelven un defecto.
--¿Por eso no lo terminaste?
--No, lo dejé porque para mí el doctorado no era una meta, era la manera de venir a Europa con un crédito de estudios; además, el doctorado sirve básicamente para dar clases, y mi padre era profesor en la universidad; conozco ese tipo de vida, me aburriría tanta estabilidad, año tras año haciendo lo mismo.
--¿Y entonces cómo esperas que yo encuentre un trabajo en Europa?
--Porque estás en un área donde se necesita gente. Además eres guapa, seguro te emplean.
--¿Como prostituta?
--Es una opción, dicen que se gana bien.
--Bastardo.

paris: siluetas






la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

La maleta que le dejé a mi amor recurrente tiene: cosas sueltas de cine mudo, como Murnay, Epstein, Riefenstahl, Renoir o Lang; en original queda, donde mi ex, mucho de Eisenstein; parte de Chaplin y Buster Keaton; también en original, casi todo Huston; todo Buñuel, en copia, porque es la única manera; todo Welles; Juana de Arco, La noche del cazador, Gilda, El tercer hombre, y otros cuantos clásicos; cosas de Ford; parte de Hitchcock; cine ligero de referencia, como Cantando bajo la lluvia, Fantasía y Con faldas y a lo loco; clásicos del cine negro, como el Buscavida o El hombre del brazo de oro; Quien teme a Virginia Wolf, Doce hombres sin piedad, y Eva al desnudo, entre otras muchas cosas de los cuarenta y cincuenta; Wilder, en copia, y algo de Godard; todo Fellini; mucho de Bertolucci, Polansky y Bergman; cosas de Kurosawa, Resnais, y del neorrealismo italiano, Passolini, Visconti y casi nada de Antonioni; algo de Sergio Leone y Herzog; alucinaciones norteamericanas, como Barbarella, Zardoz, El planeta de los simios o Doctor No; todo Kubric y Berlanga; algo de Cassavettes y Woody Allen; casi todo Scorsesse y mucho de Coppola; Dos hombres y un destino, Alguien voló sobre el nido del cuco, El cartero siempre llama dos veces; cosas sueltas de Peckinpah y Spielberg; todo Fosse, en original; algo de Grilliam (Brazil, 12 monos) y Wenders (El cielo sobre Berlín y un par más); la primera parte de Almodóvar y la última de Eastwood; todo Lynch; Fiebre del sábado por la noche, Rocky, Star Wars y El imperio contrataca, Indiana Jones, Terminator, Allien, Nueve semanas y media, Sexo, mentiras y videos, Amistades peligrosas, y otras más; todo Kusturica y los hermanos Cohen; Sospechosos habituales, Cyrano de Bergerac, Días extraños, La reina Margot, Bajos instintos, El extraño mundo de Jack y mucho de Altman; Matrix, El club de la lucha, Snatch, Gladiador, La ciudad de los niños pedidos, y algo de Oliver Stone (Vuelta en U, que está del carajo); todo Tarantino, Amenábar, Mireilles, González Iñárritu, en original, y algo de Robert Rodríguez y Yimou; Trainspotting, American Beauty, Irreversible, y muchas cosas más, que he dejado fuera por falta de espacio.

*

Y así pasó la noche nuestro héroe, despertándose aterrado con una pesadilla distinta cada veinte segundos. Para mejorar la historia comenzó a caer una tormenta tropical en el medio de los Alpes.
La tienda de campaña se inundó, dejando mi pasaporte hecho una sopa, las letras emborronadas. La ropa, la cámara, los zapatos, el saco de dormir, todo, un caldo.
Alguna vez, de madrugada, recuerdo haberme descubierto intentando abrir la cremallera de la tienda de campaña para salir.
Pero finalmente la escena pasó, y ahora lo importante es que al amanecer nuestro protagonista tenía la cabeza en su sitio, más o menos, sin alucinaciones paranoicas; y entonces toca decidir qué hacer con él, pero antes tengo que acabar la historia de la aristócrata egipcia.

*

Publicidad gráfica: una tortuguita, con expresión asustadiza, parece avanzar por un camino florido en cuyos bordes se extienden, serpenteando hacia el horizonte, decenas de animalitos de peluche crucificados como en el Espartaco de Kubric. Pintada en el caparazón de la tortuguita una reproducción de El jardín de las delicias de El Bosco.
En el extremo inferior de la imagen, en letras de una tipografía clara: "Cada día miles de niños sufren terribles pesadillas. ONG, contra el maltrato infantil. Teléfono y dirección web".

jueves, 26 de marzo de 2009

londres: chinatown





la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Me desperté agitado, sudando frío, miré el reloj electrónico, sólo habían pasado veinte segundos desde la última vez que cerré los ojos y había vivido una pesadilla completa, de esas que parecen ocupar toda una noche. Intenté mantenerme despierto pero era peor, sentía un miedo claustrofóbico que me empujaba a salir de la tienda de campaña. Volví a mirar la pantalla del reloj electrónico, a cerrar los ojos, y a soñar:

*

ESCENA 13. AMANECER. INTERIOR DE LA CASA. EL PROTAGONISTA, LA CONTRAFIGURA, LA CHICA, GRUPO DE HOMBRES, VIEJA

Los tres protagonistas están acostados, cada uno en su saco de dormir, dentro de la misma habitación. La chica se despierta, silenciosamente se levanta. Se toca el vientre como si necesitara orinar. Sale de la habitación y pasa a un pasillo largo, con varias puertas. Camina un poco dudando qué puerta abrir. Se decide por la última, a mano derecha. La abre muy lentamente, se asoma. Adentro, a pesar de que hay poca luz, se distinguen varias siluetas humanas, son hombres, hombres desnudos, acostados con los ojos cerrados y una expresión tranquila que puede ser de sueño o de muerte. La chica mira como atrapada. Abre un poco más y se da cuenta de que, hacia el fondo, hay más hombres desnudos, pero están puestos unos encima de otros, como apilados. Sorprendida, la chica cierra la puerta. En su expresión hay terror, pero también curiosidad. Se aleja lentamente, caminando hacia atrás, gira y abre otra puerta, encuentra lo mismo que en el primer cuarto, hombres desnudos apilados. Cada puerta que abre le muestra la escena: hombres desnudos apilados. La chica vuelve a su habitación con pasos rápidos, se da cuenta de que la contrafigura no está, tampoco su mochila ni su saco de dormir. Se inclina sobre el protagonista y lo despierta. Le dice que tienen que buscar a la contrafigura para irse de allí. El protagonista le pregunta qué ha pasado. Ella le contesta que nada, que después le explica. El protagonista se levanta y nos damos cuenta de que, durante todo este tiempo, la contrafigura los ha estado espiando por una pequeña ventana. La chica y el protagonista salen de la habitación. En el pasillo la chica le pide al protagonista que abra una de las puertas. Él pregunta por qué y ella repite que por favor lo haga. El protagonista abre la puerta y encuentra a la señora que los recibió la noche anterior preparando, en una vieja hornilla, un café. Lo invita a pasar ofreciéndole una taza. El protagonista le hace gestos a la chica para que entre, ella duda, él sale, se para junto a ella, le pregunta qué ha pasado; ella, confundida, le contesta que nada. El protagonista dice que va a buscar a la contrafigura, que ahora vuelve. La chica se queda sola con la vieja, sin atreverse a sentarse, y sin decir nada.

*

Me desperté agitado, sudando frío, miré el reloj electrónico, sólo habían pasado veinte segundos desde la última vez que cerré los ojos y había vivido una pesadilla completa, de esas que parecen ocupar toda una noche. Intenté mantenerme despierto pero era peor, sentía un miedo claustrofóbico que me empujaba a salir de la tienda de campaña. Volví a mirar la pantalla del reloj electrónico, a cerrar los ojos, y a soñar:

*

ESCENA 19. HORA DEL DÍA INDEFINIDA, LUZ EXTRAÑA, IRREAL. EL PROTAGONISTA, GRUPO DE NIÑOS

El protagonista se despierta sacudido por unas manos infantiles. Se ve rodeado de niños que ríen. Se levanta, los niños le hacen señas para que los siga. El protagonista camina junto a los niños, mirándolos como atontado.
Mientras avanzan por el sendero de la montaña los niños muestran al protagonista cosas que recogen del suelo: una lagartija inmóvil, con la mitad del cuerpo translúcido, como diluido; trozos de animales (la parte superior de un grillo, la inferior de una liebre) que se mueven espasmódicamente; piedras que, como por obra de la naturaleza, dibujan, como daguerrotipos, caras de gente muerta. En algún punto pasan por un riachuelo de aguas inmóviles a pesar de la pendiente. El protagonista lo mira todo con gesto inexpresivo, como de incomprensión atontada. Cada vez que los niños le muestran algún objeto exótico, de su extraño mundo, ríen. En algún momento atraviesan lo que parece una casa abandonada; en la parte de atrás de la casa, junto al huerto, está una anciana sentada. El protagonista parece despertar de su letargo y apurado se acerca a ella, pero cuando va a hablar nota que la vieja, que amigablemente, pero con mucha lentitud, le sonríe, tiene enormes agujeros en el cuerpo que dejan ver la pared, detrás.

martes, 24 de marzo de 2009

bruselas: trozos






la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Mi marido ha venido a visitarme. Le he dicho que no voy a volver. Te extraño.

*

Me gritó (usó signos de exclamación) que no quería un bebé, pero que si algún día tenía uno, le gustaría que se pareciera a mí (trampas femeninas, mentiras bondadosas), con mis ojos. Luego hicimos el gilipollas un rato hablando de niños, de nuestras preferencias. Yo le dije que quería una niña inteligente, independiente, avispada, con su boca y su expresión maquiavélica. Ella dijo que quería un niño bohemio. Yo un yuppie. Que yo criaría al bohemio y se lo daría a los nueve años; que ella criara al yuppie para dejármelo cuando el niño cumpliera los cuarenta y dos, que alguien tiene que cuidarme en la vejez, coño, porque para eso son los hijos. Me mintió asegurándome que me cuidaría ella. Le respondí que estaría demasiado vieja, y que mejor será buscar a una enfermera, que me dará más confianza. Me mandó a la mierda.

*

Primero dudé de que fuera ese el camping. Después, suponiendo que sí (no tenía alternativa), me encontré con el chiste de encontrar mi tienda de campaña, ahora que había más de cien, apretadas, estaba oscuro, y yo iba cada vez peor con la intoxicación de la droga.
Me lancé a buscar. Primero llegué a las duchas en el área de las caravanas. Otra vez el tipo al que le mojé el pelo.
Después llegué hasta la reja que separaba al camping del mundo exterior. Detrás de mí, unos chavales preparaban la cena. Dando traspiés entre los cables hundidos en el suelo, y justo cuando estaba a punto de sentarme, a esperar, simplemente, que pasara lo que tuviera que pasar, vi, no muy lejos, mi tienda de campaña.
Tropezando apurado llegué hasta ella, como si se pudiera escapar. Miré a los vecinos, reconocí a uno, abrí la cremallera, entré, me quité los zapatos, los dejé afuera, cerré la cremallera, y me dije “no abras hasta que amanezca, concéntrate, gilipollas, en no salir de aquí”.
Me metí en el saco de dormir, me doblé sobre mí mismo, y cerré los ojos, sin saber que lo peor estaba por venir.

*

ESCENA 1. NOCHE. INTERIOR DE UN AVIÓN DE CARGA DE LOS AÑOS CINCUENTA. MAESTRA, VOCES DE DOS TRIPULANTES, SEIS NIÑOS

Con pantalla en negro se escucha un canto coral de niños (una pieza sencilla pero con un toque macabro, como en El bebé de Rosemary). Siempre en negro, aumenta el volumen de la canción y se incorporan ruidos de motor y llantos. Una pequeña luz roja y una silueta de cabellera de mujer se sacuden al compás de los ruidos. Muy brevemente se enciende una luz blanca, está la maestra llevando el ritmo de la canción con las palmas mientras llora, acompañada por seis niños, todo el grupo sentado contra la pared del avión. De nuevo todo en negro. Escuchamos a los pilotos que exigen hacer callar al niño que llora. De nuevo, brevemente, se enciende la luz blanca. Los ruidos de las sacudidas del avión se intensifican. Uno de los pilotos grita que no responden los mandos, que nos vamos. Se enciende la luz, los niños cantan, la maestra mueve las palmas, el niño del extremo derecho sonríe, como si se divirtiera con lo que está pasando. Escuchamos un fuerte ruido de metal simultáneamente a la oscuridad absoluta. Varios segundos de silencio, todo en negro.

Escuchamos, en el negro absoluto, el ruido de jarras de vidrio que entrechocan.
--¡Por los muertitos!
Es el inicio de la segunda escena. Vemos a un grupo de cuatro jóvenes que parecen sacados de un anuncio publicitario, guapos y sonrientes, tres chicos y una chica, están brindando en la mesa de un bar.

Creo que si se logra reproducir correctamente el accidente de aviación sería un inicio duro, contundente. Luego vendría la escena del bar, donde quedarían retratados los personajes a partir de una conversación sobre los espíritus de los muertos: el del protagonista curioso, la chica escéptica/racional, y el amigo escéptico/burlón.

Haré lo siguiente: después de preparar el esqueleto, escribiré cada escena como narración y luego las traduciré al lenguaje técnico de los guiones. Creo que tendré la construcción narrativa a finales de abril y la traducción a lenguaje de guión unos diez días después.
Dime qué te parece este arranque, yo pienso que puede ser bueno.

domingo, 22 de marzo de 2009

londres: gente





la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Aparte del cibersexo intercambiábamos recuerdos, historias, cosas del día a día, fotografías… Las mías siempre eran de viajes (descubrí que no tengo ni una sola foto de familia, y apenas una docena del país donde nací, casi todas de árboles: puto desarraigado de los cojones); las suyas, en cambio, recorrían los momentos oficialmente importantes de sus veintiséis años. Le envíe una foto que me hice junto a las pirámides, con el amigo que me acompañó a China. ¡¿Has perdido diez kilos o qué?! En la India perdí diez kilos, exactamente, con una diarrea, y después no los volví a subir. Me alegra no haber ido a la India contigo. ¿Por qué?, a mi ex no le dio nada. ¿Estaba tu ex contigo en la India? Sí, nuestro último viaje… o no, mentira, luego estuvimos en México, creo. ¡Qué suerte ha tenido! También Benín, Francia, Egipto, Italia, Turquía, Rusia, Chequia, Grecia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y ya no me acuerdo qué más. ¡Qué zorra!, me da envidia. Era feliz cuando viajábamos. ¿Cómo pudo dejarte después de todo eso? No sé, pero estoy contento de que se acabara. Y yo también. Sólo viajando estábamos bien. ¿Por qué? Supongo que le gustaba ver cómo resolvía nuestras necesidades, se sentía protegida; además la divertía y le explicaba gilipolleces, yo qué sé. Yo prefería viajar con grupos de amigos, no me gustaba viajar sola con mi marido; la envidio de verdad, por haber vivido ocho años contigo, y yo tengo que hacer tanto para volver a verte, para estar sólo ocho días juntos; es tan complicado para mí, y era tan fácil para ella. Sí, pero cuando alguien no quiere estar bien no se puede hacer nada. ¡Yo puedo estar bien, no te preocupes por eso! Ya lo sé; mira esta foto, creo que se ve un poco su lado depresivo. No se ve depresiva… ¡se ve hermosa!; es un tipo delicado de tristeza. Sí, ese es el problema, una tristeza atractiva. ¿Estás intentando ponerme celosa o qué? ¿Por qué lo dices? ¡Ella es tan guapa! Bueno, no es mi culpa; y tú también eres muy guapa, ¿cuál es el problema? No, no hay comparación, ella es muchísimo más guapa que yo. Pero tú eres lista, divertida, aristocrática, autosuficiente, segura de ti misma… Sí, quizá yo tenga más vida. Sólo quería que supieras por qué me casé con ella hace ocho años, era una de las mujeres más guapas que había conocido, y además violonchelista, parecía perfecto; supongo que me cegué. No puedes cegarte con la belleza por más de seis meses; yo he estado con chicos guapos, pero a los dos meses me doy cuenta de que no quiero verlos nunca más; seguramente encontraste algo dentro de ella, no sé, a veces la tristeza es hermosa, y el dolor también, te hace sentir sabio, pero estas cosas no te hacen más feliz; nosotros tenemos un dicho en árabe: “Quien carece de algo no te lo puede dar”; es cultura egipcia; sabiduría popular. Sabiduría popular cairota, veinte millones de personas pensando tonterías cada jornada, algo bueno tiene que salir. Veinte millones de personas y siete mil años de historia; así es como hemos sobrevivido a la pobreza. Ustedes han sobrevivido a todo, a los asirios, los persas, los griegos, los romanos… a todo. También hemos sobrevivido a los árabes, a los turcos, a los franceses, a los británicos; ¡oh Dios! ¿Qué fue lo peor? Creo que los británicos, fueron muy crueles. ¿Aunque dejaran los trenes, el canal, y alguna otra tontería?, ¿los demás no fueron tan malos como ellos? Todos fueron malos, pero los británicos son recordados por su crueldad.

*

Bajé del tren sintiendo que flotaba. Atravesé la estación concentrado en no atender a nada con más de dos segundos de edad. Vi un taxi con una puerta que se abría y subí, pasando frente a las caras incrédulas de dos vejetes turistas.
Le pedí al taxista que me llevara al camping. Me preguntó cuál. Eh... El que está más cerca. Los dos están más o menos igual. Ese que de venida tienes el lago a mano izquierda. Los dos son así. El que está más cerca, creo, solté en mi último balbuceo. Arrancó.
El taxista, conduciendo, no paraba de mirarme por el espejo retrovisor. Mientras tanto, yo luchaba con mi boca para que se callara, pero alguna incoherencia soltaba de vez en cuando. Entonces me atraparon los números rojos y brillantes del taxímetro. El taxista se detuvo en una carretera estrecha y me señaló la entrada al camping, que no recordaba de nada, claro, porque en la mañana había salido por la puerta de atrás. De todos modos le pagué y le dije que se guardara el cambio, casi lo mismo que la carrera. El taxista volvió a mirarme por el retrovisor.
Atravesé la puerta metálica y llegué a la zona de las tiendas de campaña, flotando mejor aún que en la estación de trenes. En la mañana, cuando salí, el camping estaba casi vacío; ahora estaba lleno.

*

Que seas incapaz de sostener una historia; que no puedas desarrollar un personaje; que te compliques para mantener el ritmo; que el estilo se te rompa a cada rato; que, en fin, no sepas escribir un buen libro, no significa, como crees, que seas un escritor posmoderno, no; simplemente eres un escritor malo.

sábado, 21 de marzo de 2009

bruselas: parque






la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

El olor que sale de mí me recuerda a ti, me dijo. El olor de tu sexo es el mejor perfume que conozco, le respondí. Mientras te beso, desabotono tu camisa, para recorrer tu cuerpo con la punta de los dedos. Te pongo boca abajo, y con la punta de la lengua subo y bajo por tu espalda. Desengancho tu sujetador y continúo recorriendo tu cuerpo con la punta de la lengua, desde las nalgas hasta el cuello. Estoy muy mojada. Entonces me pongo junto a tu oreja y te digo cuánto te amo, la forma obsesiva como me has hecho falta y, al mismo tiempo, meto mi mano en tu pantalón. Llego, con mis dedos, a tu sexo, tú abres las piernas, para dejarme espacio. Tus dedos, cómo me gustan, escribió. Dejo tu sexo y coloco tu cuerpo sobre mí, mirando el techo, los dos. Te abres el pantalón, y yo uso una mano para tocar tus senos y la otra para tu clítoris. Tú ronroneas, y luego, cuando estás realmente mojada, te saco el pantalón, y la ropa interior, lentamente, y uso mi lengua para besar tus pies. Muerdo suavemente la piel de tus piernas, acercándome a tu sexo, hasta que mis labios están a un centímetro de ti, y puedes sentir mi respiración sobre tu clítoris, pero no te toco. ¿No? Sólo un poco, con la punta de la lengua, por un instante. Luego recorro con la lengua toda tu vagina, y te huelo; uso mis labios y mi lengua para sentir tu calor y lamer tus fluidos. Al mismo tiempo uso mis dedos para acariciar tus pezones, a la misma velocidad que mi lengua juega con tu clítoris. Quiero que me toques en público, me pidió. Quiero un orgasmo en público. Sí, podemos buscar un lugar tranquilo, la gente caminando a sus trabajos mientras tú y yo hacemos el amor con los dedos; ¿aún no te has corrido? No. ¿Quieres que siga? Sí.

*

Problema: aunque Gershwin sea Hemingway, y Stravinsky sea Picasso, y Kurt Weill sea Bertold Brecht, y Prokofiev sea Chagal, y Schostacovich sea Kandisky, y Debussy sea Cezanne, y Hugo Wolff sea Van Gogh, y Wagner sea Nietzsche, y Tchaikovsky sea Victor Hugo, y Beethoven sea Goya o Goethe, y necesites andar alardeando, pedante cara de culo.
Pregunta: ¿tienes que interrumpir, por eso, el polvo con tu amiga?

*

Cheri, deberías haber visto a las mujeres en el funeral de hoy para comprender lo que es El Cairo. Todo el chichi y la creme de la creme, cada una con su cartera Gucci o Louis Vuiton y las narices apuntando al cielo. Me hubiera gustado que lo vieras porque me habría divertido mucho escuchando tu opinión.

viernes, 20 de marzo de 2009

bruselas: esquina