WORK IN PROGRESS

jueves, 1 de febrero de 2007

sueño

Mientras caminábamos la exposición de un pintor bien pensante modernista catalán me contó este sueño: estaba en una casa vieja, de techos altos y espacios amplios. Vestía de enfermera. En un pasillo largo lleno de puertas abrió una y encontró, dentro de una habitación, a una docena de hombres desnudos, quietos, con los ojos cerrados, no sabía si dormidos o muertos, hombres de distintas edades, y de distintas razas, me repitió varias veces que había hombres negros. Salió de esa habitación y continuó caminando por el pasillo. Abrió una puerta a mano izquierda, y volvió a encontrar al grupo de hombres desnudos, dormidos o muertos, con la expresión calmada, aunque ella, en cambio, sentía angustia. Cerró la puerta y abrió otra, a mano derecha, hombres desnudos muertos o dormidos; y así todas las puertas que abrió hasta que la angustia se convirtió en pánico. Por fin encontró la puerta que daba al exterior, a una carretera solitaria. Alrededor sólo había casas vacías o abandonadas. Entonces se despertó.
¿Qué crees tú que signifique ese sueño? No sé, ibas de enfermera, ¿no? Sí, era enfermera, creo, en el sueño. Tenías que cuidar a alguien, a los tipos, supongo, a los tipos desnudos; creo que si estaban desnudos puede ser porque los sintieras vulnerables, pero no querías acercarte a ellos porque no sabías si estaban vivos o muertos, ¿no? Sí, sería por eso, me daba miedo que estuvieran muertos. ¿Ayer te pasó algo raro, algo anormal? Nada, saber que te iba a ver, ¿tendrá algo que ver con eso? No sé, quizá, puede ser que yo sea el equivalente a los hombres desnudos, que hayas sentido la necesidad de protegerme porque me hayas visto vulnerable con la separación, pero que ahora no sabes lo que yo estoy sintiendo, si estoy vivo o muerto para ti, y te da miedo averiguarlo, no sé, quizá es algo así. Sí, puede ser, quizá es eso.


*


ESCENA 14. AMANECER. INTERIOR DE LA CASA. EL PROTAGONISTA, LA CONTRAFIGURA, LA CHICA, GRUPO DE HOMBRES, VIEJA

Los tres protagonistas están acostados, cada uno en su saco de dormir, dentro de la misma habitación. La chica se despierta, silenciosamente se levanta. Se toca el vientre como si necesitara ir al baño. Sale de la habitación y pasa a un pasillo largo, con varias puertas. Camina un poco dudando qué puerta abrir. Se decide por la última, a mano derecha. La abre muy lentamente, se asoma; adentro, a pesar de que hay poca luz, se distinguen varias siluetas humanas, son hombres, hombres desnudos, acostados con los ojos cerrados y una expresión tranquila que puede ser de sueño o de muerte. La chica mira como atrapada. Abre un poco más y se da cuenta de que, más adentro, hay más hombres desnudos, pero están puestos unos encima de los otros, como apilados. Sorprendida, la chica cierra la puerta. En su expresión hay terror, pero también curiosidad. Se gira y abre otra puerta, encuentra lo mismo que en el primer cuarto, hombres desnudos apilados. Cada puerta que abre le muestra lo mismo. La chica vuelve a su habitación con pasos rápidos, se da cuenta de que la contrafigura no está, tampoco su mochila ni su saco de dormir. Se inclina sobre el protagonista y lo despierta. Le dice, "¡Tenemos que encontrar a la contrafigura y marcharnos de aquí!". El protagonista le pregunta qué ha pasado. Ella le contesta que nada, que después le cuenta. El protagonista se levanta y nos damos cuenta de que, durante todo este tiempo, la contrafigura los ha estado espiando por una pequeña ventana. La chica y el protagonista salen de la habitación. Antes de salir de la casa la chica le pide al protagonista que se asome a uno de los cuartos. Él pregunta por qué y ella le pide por favor que lo haga. El protagonista abre la puerta y encuentra a la señora de la noche anterior preparando, en una vieja hornilla, un café. Lo invita a pasar ofreciéndole una taza. El protagonista le hace gestos a la chica para que se acerque, y cuando está al lado le pregunta qué ha pasado; ella, confundida, le contesta que nada. El protagonista dice que va a buscar a la contrafigura, que ahora vuelve. La chica se queda sola con la vieja, sin atreverse a sentarse, y sin decir nada.

No hay comentarios: