WORK IN PROGRESS

lunes, 12 de febrero de 2007

un sueño

…entrar a una exposición de transatlánticos de juguete, matrículas de coches con mensajes que intentan ser cachondos, pelucas de colores chillones opacados por el tiempo, litografías antiguas, y una gran variedad de polladas hechas para alegrar la vida de una gente que, tristemente, las echaron a la basura, dentro de mi pesadilla. Recorro las salas de este museo infinito tratando de encontrar la conexión entre las cosas, pero no puedo, no la encuentro, todo parece estar desvinculado, y me doy cuenta de que eso mismo pasa con todo, en realidad, porque nada tiene que ver con nada, las relaciones sólo son palabras. En una de las habitaciones [¿]entierran[?] a un adolescente vestido de azul dentro de un féretro lleno de agua; tapan el féretro y, entre varios visitantes, lo cuelgan de una pared, les preguntas qué tiene que ver el entierro con la exposición pero salen sin decir nada. Sientes un cosquilleo cerca del ombligo y te levantas la ropa para saber por qué; de tus tripas sale un hilo azul que hala una mujer parada al otro lado de la sala; coges con una mano el hilo y con la otra te aprietas el agujero por el que te sacan la madeja; cuando vas a reclamarle a la mujer que te desmadeja encuentras que es tu madre, que con el hilo ha estado cosiendo a un perro que te persigue por un bosque de hierbas bajas y palmeras enanas donde ves colgar unas botellas de refresco vacías, alrededor de las botellas revolotean enjambres de avispas. Un negro pequeño te ofrece el licor de las botellas, pero no lo pruebas porque supones que si lo haces perderás completamente la memoria. Sientes un cosquilleo en la pierna y te das cuenta de que el perro que te perseguía te ha alcanzado y, con gusto y parsimonia, ha estado devorándote una pierna (ya se ha comido hasta la altura de la rodilla, más o menos); le preguntas al perro por qué lo hace y, aunque no te responde, entiendes que le gusta tu sabor, que le parece sabrosito. Tu madre te mira sentada en una piragua; no quieres decirle nada aunque sabes que, si no se mueve, se la va a tragar el río, pero no dices nada, para que no pase sus últimos días angustiada, tratando de salvarse, porque sabes que haga lo que haga en algún momento, igualmente, el río se la tragará...

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