En el Puerto Olímpico, cerca del casino, encontré a un tipo haciendo miriñaquis. Sobre una mesa, que era más bien una caja sobre otra caja, escondía una bolita roja moviendo tres tapitas amarillas. Como un turista medio (mongólico) acababa de ganar, supuse que el juego era fácil. Me acerqué al timador. Le pregunté si podía apostar el ordenador portátil de E. Me dijo que sí. Le pregunté cuánto me daba si ganaba. El doble. ¿El doble de qué? Del ordenador portátil. ¿Dos ordenadores portátiles de E.? Sí. Vale. Escondió la bolita roja en una de las tapitas. Las movió. Levantó una tapita para enseñarme la bolita. Volvió a mover las tapitas. Se apartó. Le señalé la tapita donde estaba la bolita. La destapó. No había nada. Levantó otra tapita y allí estaba la bolita roja. Le entregué el ordenador portátil de E. y me largué saludando a unos comensales de una terraza vecina que habían dejado de masticar mirando el juego, no sé por qué, y se habían quedado con la boca abierta, mostrando la comida medio masticada.
Llegué a la playa. Tetas. Desdoblé el material de apoyo que había recogido frente a una agencia de viajes. Tetas. Caminé por la arena. El estado de la mar está señalizado con bandera verde. Se recomienda tener cuidado con vuestras pertenencias. Tetas. Cuando encontraba un par de tetas avispadas les mostraba el material de apoyo, consistente en un folleto impreso que ofrecía un viaje para dos personas a un hermoso pueblo (no especificado) de los Pirineos. Salida a las nueve de la mañana. A las diez, parada en nuestras instalaciones, donde se ofrecerá, totalmente gratis, una interesante demostración de nuestros productos. A las once, pequeño refrigerio en el autobús, que consistirá en sánduche y zumo de naranja. A la una, parada en la fábrica de embutidos Las Lolas, donde disfrutaremos de una exquisita degustación de sus butifarras negras y blancas. A las dos, parada en el restaurante Las Lolitas, donde degustaremos el menú especial consistente en un plato de sopa o ensalada, costillas de cerdo o merluza a la plancha, café o postre. A las tres, llegada al pueblo. Dos horas libres para recorrer el hermoso pueblo (no especificado) de los Pirineos y sus preciosas callejuelas. A las seis visitaremos la tienda de artesanías Las Lolotas, donde se hará entrega de los regalos, consistentes en una caja de doce huevos, un kilo de azúcar y una sartén de acero inoxidable para las damas, o una caja de doce huevos, un kilo de azúcar y una paletilla para los caballeros. Regreso. A las ocho, nueva parada en nuestras instalaciones, donde les detallaremos nuestras increíbles ofertas. Precio del paseo: sólo tres mil pesetas por persona. Do you want to travel with me, Tetas? Sorry, but I don’t understand you. Don’t worry, I don’t understand me, thank you. Así una y otra vez, hasta que por fin, Oh yes! It seems good. Okay, tomorrow in this place, at half past eight, I see you later. Le dejé el papel y seguí buscando trabajo.
WORK IN PROGRESS
sábado, 18 de octubre de 2008
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1 comentario:
Pues... Tengo un nuevo autor contemporáneo favorito,,,,, me gusta la ironía fina y el humor oscuro sutil detrás de las palabras... Pocos autores de esta generación me ofrecía algo nuevo como lector... es diferente, con evocasiones de antaño, pero con un sello propio característico.
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