WORK IN PROGRESS

jueves, 2 de agosto de 2007

sin titulo: fragmento

En Marrakech la voz del Profeta me susurró al oído: “Sigue tu camino, no pienses en los demás”… y eso hice. Iluminado, dejé de atender a las motocicletas, los carajitos corriendo, las carretas de mano, los vendedores, los burros, los mendigos, las pirámides de pezuñas mutiladas de vaca, los que esparcen agua frente a los tarantines, los charquitos verdes, los ¡Amigo, amigo! ¿Barcelona? ¡Hola hola cocacola! ¡Amigo! ¿España? ¿Italia? ¡Amigo! Esputo y maldición árabe, los guías espontáneos, los conatos de peleas callejeras, los vendedores ambulantes, los que te dicen que la plaza es por allá, las bicicletas… que se apañen, para mí, como que no están, si me van a golpear, que me golpeen, si me van a estampar contra el suelo, que me estampen, yo a mi bola, me da lo mismo, un paso de cebra gigante, cubriendo toda la ciudad, en mi cabeza, yo voy sordomudo, tonto del culo, autista, como un ciego alegre paseando por un prado primaveral… desde que escuché la voz del Profeta mi vida es otra, he encontrado la paz, camino Marrakech por encima de la tormenta.

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