WORK IN PROGRESS

viernes, 11 de abril de 2008

sin titulo: fragmento

Publicidad gráfica: arriba, en letras de caligrafía amanerada, un poco ridícula, como la que se usa normalmente en las tarjetas de boda, se lee: "Historia de mi vida".
De izquierda a derecha y de arriba a abajo, la misma mujer posa con individuos diferentes. Cada uno de los individuos lleva, en el centro de la cara, tapando sus rasgos, una foto con un objeto característico. Por ejemplo, en el personaje que adivinamos baterista de un grupo de rock la foto que cubre su cara muestra una botella de whisky vacía; la foto del yuppie restos de un polvo blanco sobre un vidrio; la del niño bueno una compota para bebé acabada; el último, el tipo serio, un vaso de agua por la mitad.
En el extremo inferior de la imagen: "Para cada etapa de tu vida". Tienda de ropa interior femenina.
*
Berlín, claro, ¿qué mejor lugar, ¡oh, mis cosmopolitas amigos!, para una historia de huida y organizaciones secretas? Esta extraña ciudad, partida en dos, todavía huele a Guerra fría. U olía, tengo varios años sin ir. Y éste es, justamente, el problema. Inventar una historia para nuestro héroe, al estilo de los libritos de Le Carré, de memoria, sin estar en el sitio, es jodido. Porque de Berlín recuerdo, sobre todo, un barrio bohemio, una especie de Soho, cerca de la plaza Rosa Luxemburgo, en lo que fue la zona oriental de la ciudad.
Entré a un bar, de tarde, con mesas en el patio común de unos edificios alguna vez residenciales, ahora aspirantes a demolición. En el bar, en ese espacio abierto, mesas viejas, de madera, recogidas de la calle, seguramente. Buena música, creo que Pink Floyd añejo, Time, si no me acuerdo mal, y grupos de jóvenes, rollo cultura alternativa, hablando y riéndose. También había ratas. Ratas negras, grandes, de cañería, que venían a buscar no sé qué en las bolsas de basura puestas junto a la puerta por la que se entraba al bar desde este patio. Algunas chicas señalaban las ratas riéndose asqueadas, levantaban los pies para apoyarlos en el borde de las sillas, mientras las ratas iban y venían, despreocupadas, como si no fuera con ellas. Nunca había visto nada parecido, ni siquiera en África. Nunca imaginé, en Europa, y mucho menos en Alemania, que podría beber cerveza pendiente de que una rata no me mordiera los pies. ¡Cojonudo! ¡Esperanzador! Quizá este continente, que cada vez parece más un geriátrico gigante, todavía pueda salvarse. Pero claro, ¿qué tiene que ver todo esto con la novelita del robo con allanamiento?,¡oh mis profundos lectores! Nada, por supuesto. Con esa novelita no tiene que ver nada. Frases perdidas, lectura malgastada.
*
Desde afuera se ve fácil, ¡oh, mis crueles amigos! Pero no, para mí, por lo menos, no lo es. Creo que no tengo imaginación, no me sale.
¿Tanto te cuesta inventar un personaje, ubicarlo en una historia que siga una estructura clásica de presentación, desarrollo, clímax y desenlace, que esconda un mensaje, una moraleja, tan difícil es? Imagino vuestras caras largas, sorprendidas, preguntando.
Pues sí, me parece jodidísimo, porque tengo la impresión de que a estas alturas de la historia es una grandísima mamonada, todo eso de inventarse cositas y escribirlas; como jugar a los carritos, pero arterioesclerótico y desdentado.
Y entonces, si no te lo crees, ¿para qué escribes?, los escucho, otra vez.
No sé, pero discutirlo lo encuentro todavía más gilipollas, así que mejor me dejo de pendejadas y sigo con mi novelita del robo con allanamiento, tranquilamente, y ya, reparando lo escrito hasta ahora, que no sirve para nada, insustancial, el personaje yendo y viniendo, como el bolso de mano de una azafata de vuelo, así, sin más (ni siquiera James Bond está tan hueco).
Podría copiar el estilo de aquel noruego, o sueco, ya no me acuerdo, que se ha hecho rico escribiendo novela negra y que estuve leyendo para plagiarlo en mi novelita del robo con allanamiento.
Pero joder, se me ha olvidado. Sé que el tipo usaba una fórmula resultona y fácil, algo así como 1- hombre común aunque talentoso 2- de oficio policía, a punto de retirarse 3- divorciado y solitario 4- se enfrenta a un caso de homicidio complicado 5- vinculado a gente muy poderosa y mala 6-contra viento y marea el policía persiste en el caso 7-teniendo que enfrentar, paralelamente, sus problemas familiares, los mismos del lector medio 8- cuando parece claro que ha sido vencido por los poderosos muy malos 9- por su perseverancia y arriesgando su vida, acaba triunfando.
Éste se supone que debería ser el esqueleto y, adelante, una escritura que suene como una película narrada, añadiendo de vez en cuando reflexiones un poco gilipollas sobre los males de nuestros tiempos, cubiertas de un tufillo sutilmente moralizante y esperanzador, aunque el tono de la novela sea, en general, más bien serio y tristón.
Pues como eso, pero en Berlín, y con nuestro personaje, a ver si sale.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me gustó la publicidad de la tortuga y los peluches.
Un abrazoo :)

Armando Luigi dijo...

bueno, un poco cruel es, garantia de que ningun potencial cliente le interesaria, ni de lejos, una idea semejante, pero es la ventaja de convertir a la propia novela en cliente, acepta cualquier barbaridad; de todos modos no tengo claro si tendria que hacer las publicidades un poco mas gilipollas, como lo son en realidad.
gracias por tu atencion, de nuevo