WORK IN PROGRESS

lunes, 28 de abril de 2008

sin titulo: fragmento

Retrato: una mujer sentada en un banco de madera, con la cabeza fuera de la imagen, vestida de negro, sostiene una foto de un hombre de cuarenta y tantos años. Una sombra larga, humana, atraviesa la imagen desde la derecha, cortando la doble línea del borde de la carretera junto a los pies de la mujer que sostiene la foto, y atrayendo la vista hacia una tapa de cemento que se hunde en el suelo de la carretera.
--¿Por qué te gusta esta foto?
--Porque sólo está la cara del hombre retratado, que mira dos (más bien tres) veces muerto, desde un quién sabe dónde más allá.

*

Retrato:
--¿Estoy bueno?
--Del carajo, tienes cara de chimpancés.
--No marico de verdad, a que tengo la cara bonita.
--Seguro.
--Tú estás bueno.
--Buenísimo, soy uno de los carajos más buenos que están ahora en China, lo que pasa es que nadie se ha dado cuenta.
--Yo sí.
--Gracias.

*

Retrato: no se qué de la danza, un mes de espectáculos, conferencias y videos continuos, auditorio con tres pantallas gigantes, entrada libre, documental sobre jooss, sus orígenes, un clochard entra, se acerca, salta la fila de sillas sin despegarse del suelo, muestra un talón desnudo, sucio, se sienta detrás, no muy lejos, suena la pavana para una infanta difunta, en las pantallas una mujer, vestida de menina, se mueve entrecortada, mitad bailarina, mitad autómata, acompañada por un grupo de figuras oscuras, el clochard ronca, comentarios, videos de archivo, y letras "la table verte", dos grupos de bailarines enmascarados de viejos decrépitos, gesticulan y bailan saltan a los lados de una mesa larga, el clochard se despierta, no porque le interese lo de joss, sino por una niña que sale corriendo retumbando la tarima, porque los artistas no le sirven a los marginados, o sí, a veces, para abrir una sala seca, climatizada y oscura con entrada libre, para proyectar, en las tres pantallas, a un hombre pintado, moviendo una bandera, dirigiendo una danza macabra, hasta que el clochard sale, después de saltar la línea de sillas sin despegarse del suelo, otra vez.

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