Después de comer llevé a Antonia, como por azar, al Café de la Habana, donde una francesa mantenía el aire caribeño del sitio usando fotos de Hemingway y una botella de vodka de la que bebí lo suficiente como para ponerme a hablar en francés, de París, de cine, y de la muerte de Alfonsina [?].
—¿De quién?
—De Alfonsina.
—¿Y ella quién es?
—Una poeta.
—¿Buena?
—Sí… No sé… Supongo que sí.
—¿No la has leído?
—No… pero debe ser buena… si no, ¿para qué iba a matarse?
—Ah… claro.
WORK IN PROGRESS
domingo, 2 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Se mudo en otoño,porque no podía vivir en paz,el dolor es un vecino poco salado je,je.Adjunto su nueva dirección de puño y letra.
YO EN EL FONDO DEL MAR
En el fondo del mar
hay una casa de cristal.
A una avenida
de madréporas
da.
Un gran pez de oro,
a las cinco,
me viene a saludar.
Me trae
un rojo ramo
de flores de coral.
Duermo en una cama
un poco más azul
que el mar.
Un pulpo
me hace guiños
a través del cristal.
En el bosque verde
que me circunda
—din don... din dan—
se balancean y cantan
las sirenas
de nácar verdemar.
Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo,
las erizadas puntas del
mar.
Alfonsina Storni
Pd)Me entusiasma la sudaquita,gracias por recordarmela.
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