WORK IN PROGRESS

sábado, 2 de febrero de 2008

sin titulo: fragmento

En Jaisalmer mi ex superó la crisis. Quizá porque, al ser un pueblo turístico, tenía un aire televisable, con la ciudad encerrada en las murallas, la antigua casa del visir recaudador de impuestos donde ahora uno de sus descendientes vendía cacharritos de bronce y perfumes, los restaurantes tibetanos, los templos janseístas reconvertidos en máquinas tragaperras, y los brahmanes deambulando, también, como máquinas tragaperras; o quizá, simplemente, porque después de una semana de viaje ya se estaba acostumbrando a todo el pedo. Me parece que sí, que es lo segundo, porque en un cuchitril donde vendían excursiones en camello por el desierto, mientras el dueño nos explicaba un cartel colgado arriba, una publicidad de cigarrillos donde aparecía él, treinta años más joven, pero con los mismos bigotes, una rata enorme, negra, de cañería, se subió a una cama que estaba a dos pasos de nosotros y mi ex, en vez de saltar asqueada, me la señaló discreta, para que el marlboro man no la mirara. Yo, en cambio, se la señalé. El marlboro man dijo que sí, que siempre viene como a esta hora, buscando comida, y yo, ah... okay, boquiabierto, higiénicamente culturalshockeado.

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