WORK IN PROGRESS

viernes, 5 de septiembre de 2008

La crisis de la modernidad (1997): fragmento

BALADA DEL CONTRAHECHO

Palas y versos, cabezas largas y pinturas,
Juegos de perdices y recién nacidos muertos,
Gruñidos de burdel, grandes culos como grutas.
Bostezo atrás y creencia alante.
¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?

Vientre hinchado, alegre de comer,
Pierna de vaca y jamón de pierna,
Culo de pájaro, gruesa rodilla de elefante,
¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?

Largos pies planos de uñas mudas,
Largos y planos cabellos peinados,
Por largas mulas de talones que cruzan la calle bostezando,
¿Quién ha visto antes un cuerpo semejante?

De horror, quieren tus miembros temblar,
Con tu huida, un pollo pareces,
Tus dos brazos son bastones,
Tus uñas, de perro, y tus largas manos, se han enmohecido,
¿Quién ha visto antes un cuerpo parecido?

Bien sugieres un chivito,
Barba larga, diente saliente,
¿Que tienes la cresta aguada, dices?
¿Quién, que tenga ojos, no puede verlo?
¿Y quién, que tenga ojos, no puede ver?
Te tapas, como el pelícano,
Pero tu piel negra lo dice:
Estás hecho para ser comido.
Si no, ¿Por qué nadie ha visto antes un cuerpo parecido?

[Conoce Micer Marco Polo un lugar donde el arroz y la carne son el único alimento. Propone, como aliño, el cabello humano, nacido rubio de la doncellez de una cabeza virgen. Prueban los aldeanos. Vomitan. Piden más. Vuelven a vomitar. Un hechicero agrega vinagre. Vuelven a comer y a vomitar. El arroz está salado, dicen. Las montañas son de sal. Micer Marco Polo come y enferma. Dos años dura la enfermedad. Enfermo, sueña Micer Marco Polo en la enfermedad. La imagina rubia, hecha de cabellos humanos. Micer Marco Polo vuelve a enfermar. De los aldeanos ha nacido un niño. Es El Mesías de la Cristiandad. Los aldeanos, idólatras, le desprecian. Micer Marco Polo lo hace crucificar. El Mesías, moribundo, pide agua. Le recuerda a Micer Marco Polo su enfermedad. El Mesías lo perdona y salva, sanándolo. Micer Marco Polo despierta de su sueño y comienza a llorar. Gritando, pide perdón por lo que ha soñado. Ha visto un milagro, dice, y comienza a sanar. ¡Milagro!, gritan los aldeanos, calvos, desaliñados. Despiertan los aldeanos y recuerdan haber soñado a un Micer Marco Polo enfermo. El Mesías los perdona, porque el Mesías sabe perdonar. Los aldeanos se arrepienten, calvos, desaliñados. Micer Marco Polo los perdona, calvos, desaliñados]

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