WORK IN PROGRESS

domingo, 11 de enero de 2009

el amor es un producto patrocinado por los fabricantes de condones (continuación)

En Barcelona, en el Carrer Ample, un poco antes de llegar a la estatua de Colón, un hombre (50 años), a una mujer (25):
--También te digo una cosa, lo que se quede por cerrar se quedará por cerrar…

*

De Nanning un niño, de unos doce años, que estuvo haciendo el payaso con nosotros en un garito cerca de la estación de trenes. Sacó su cuaderno de escuela y comenzó a darle clases de mandarín a mi amigo. Cada vez que mi amigo acababa la frase el chinito se desesperaba y le decía que no, así no, y repetía, sílaba por sílaba, cómo tenía que decirlo. Mi amigo lo intentaba otra vez, el chinito se desesperaba, sus familiares se reían, y mi amigo le decía, "¡ahora sí, ahora sí!", y volvía a equivocarse, una y otra vez. Nada, ni una sola frase buena, según el maestro, Quirón desbocado. Con la cuarta cerveza me vinieron ganas de mear. Pregunté dónde estaba el baño. El maestro se ofreció a llevarme. Llegamos al fondo del garito, me abrió una puerta, y me mostró el agujero donde tenía que apuntar. En eso estaba cuando el maestro volvió y se puso a orinar junto a mí, en el mismo agujero. Acabó, se sacudió, y se agachó a mirarme el pito. Dijo no sé qué y regresó a sus clases. Tenía que saber cómo eran las pollas extranjeras, para enseñar a sus condiscípulos. Y es que a estos tipos lo de orinar y cagar no les preocupa. Los baños públicos, los de la calle, aparte de que no esconden bien a los usuarios, no tienen separaciones, cada quien se agacha junto al vecino, y se caga hablando, o se habla cagando, lo que vaya mejor. Entré una vez y salí espantado. No entiendo cómo pueden cagar así, oliéndose y mirándose. Yo he conseguido aprender muchas cosas con los viajes, pero en lo de cagar, de verdad, no he podido dejar de ser Occidental. Es una mierda, ya lo sé, pero necesito sentirme a gusto con ella, es importante que siga siendo mía, ella y yo, juntos los dos, hasta el final, en nuestra intimidad. Estos tipos, en cambio, son absolutamente prácticos. Si es a cagar se caga, y ya, sin mamonadas. Eso, los chinos demuestran su pragmatismo cagando. Una buena idea para una publicidad.

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