WORK IN PROGRESS

sábado, 24 de enero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

--We are the Lin Piao's followers.
--Lin Piao? He was a Marxist, no?
--No, it's a joke. In Spanish, in Venezuela, if you don't have money, you say "estoy limpio", which in English means "I am clean", I have nothing, even money. “Limpio” sounds like Lin Piao, the Mao's general; so, here, in China, we are the Lin Piao's followers. Our travel is the Lin Piao's long march.

*

Ya tengo la primera parte de la novela. Con un cacharro que traje de Barcelona la metí en el ordenador de bolsillo; pero he encontrado que este segundo capítulo, el de China, se ha alargado demasiado. Y sólo estamos a mitad de viaje. Lo cortaré aquí. Dejo Xian, Luoyang, Zhenzhuo, Chulín, Kaifen, Beijing, Shangai y Hanzhou para otro libro; uno que no escribiré.

*

Hace un rato, ya de noche, caminamos por una calle vecina a un templo donde la gente hacía genuflexiones levantando antorchas de incienso. Más adelante se nos atravesó un cine.
¿Cómo será un cine chino? Ni idea, ¿nos metemos a ver? Seis rupias chinas, media rupia europea, un regalo. Había dos opciones, según los carteles: un sucedáneo cutre de Conan el Bárbaro o una película china para adolescentes llamada Campus Universitario. Yo creo que esa es la menos indigna, ¿no?, por lo menos aparece una chinita medio en pelotas.
Compramos las entradas usando señas y nos enfilamos en la dirección que nos señaló el dedo de la mujer de la taquilla. Es macabro el sitio ¿Dónde coño está la sala? Le mostramos los tickets a unos tipos que nos señalaron unas escaleras de lata. Subimos, abrimos una puerta sucia y vieja. En la pantalla un chino de lentes decía no sé qué, hablando en chino muy correctamente. Una mujer de lo que, según este librito, sería la vida real, se acercó a marcar nuestros tickets. La sala estaba vacía. La mujer nos hizo señas de que no era allí, nos acompañó afuera, y nos señaló un balcón desmadrado, en un edificio cercano, en el mismo patio, casi al frente.
Llegamos a otras escaleras, mucho más ruinosas que las primeras. Coño, nos van a violar, nos van a matar, nos van a coger... ¿Dónde está la película? Por esta puerta no, está cerrada, por aquella tampoco, tiene que ser por esa. Nos metimos en un cuchitril donde un tipo sentado miraba una televisión en blanco y negro junto a una hornilla de carbón mineral que le servía de calefacción. Le mostramos las entradas y el tipo nos hizo señas para que avanzáramos a través de una cortina. Esto como que es un cine porno barato. Y sí, efectivamente, cuando entramos, en una pantalla de tres por dos metros cuadrados, un chino le acariciaba las tetas a una chica joven. Mi amigo explotó en una risa. En una esquina de la imagen estaba la dirección de una página web.
Buscamos donde sentarnos mientras el tipo le pellizcaba los pezones a la chinita. Cuando por fin nos sentamos el plano se abrió para que el tipo le acariciara el coño a la chica que estaba en bragas con las piernas muy abiertas. Alguien carraspeó y soltó un escupitajo.
Un tipo caminó hasta una caseta junto a la pantalla y apagó el video. Pantalla azul. Poco después comenzó un nuevo video. Algunos asistentes se levantaron y salieron de la sala. Comenzó la siguiente proyección:

No hay comentarios: