WORK IN PROGRESS

viernes, 13 de febrero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

--Siéntate.
--¿Aquí?
--Sí, allí está bien.
--(...)
--¿Cómo estás?
--¿Cómo?
--Te pregunto que cómo estás.
--Bien.
--¿Bien? ¿Está todo bien?
--Sí... ¿por qué?
--¿Te sientes bien con el trabajo?
--Sí... ¿por qué?
--¿No hay ningún problema?
--No... me duele un poco la espalda, pero estoy bien... nada grave... es normal, supongo.
--Nada grave, ¿qué?
--Lo de la espalda.
--Vale...
--(...)
--Queríamos saber si estabas a gusto porque...
--¿?
--Algunos encargados de sala nos han dicho que han visto cosas raras... ¿No has notado nada raro, tú?
--Nada raro... ¿de qué?
--Algún compañero que no esté a gusto... no sé... alguna queja... un compañero que te haya dicho algo que no le parece bien.
--No... lo normal... supongo.
--¿Lo normal? ¿Qué es lo normal?
--Los turnos para ir al baño... una sola vez al día... y la hora para comer... porque nos dan sólo veinte minutos... ese tipo de cosas.
--¿Quién te ha dicho eso?
--No sé... todos... todo el mundo quiere comer tranquilo, ¿no?
--Pero, ¿quién te lo ha dicho, puntualmente?
--No sé... no me acuerdo ahora.
--¿No recuerdas o no quieres recordar?
--Las dos cosas.
--Uhm... ¿sabes que alguien comentó que ha visto cierto movimiento raro en el museo últimamente? ¿Tú qué piensas?
--¿Un movimiento raro?
--Sí.
--No sé... creo que todo está más o menos igual que cuando comencé.
--¿Tú piensas que está todo normal?
--Yo creo que sí.
--¿Y si te dijera que esa persona te ha nombrado?
--¿Cómo es eso?
--Que hay quien dice que tú tienes una conducta un poco rara...
--¿Un poco rara?
--Sí. Sospechosa.
--¿Sospechosa cómo? ¿De qué doy sospechas?
--De que no estás a gusto con el trabajo...
--El trabajo me gusta... ¿quién ha dicho eso?
--Alguien.
--Vale.
--Esa persona dice que ha visto a algunos compañeros con una conducta extraña.
--¿Cómo es una conducta extraña?
--Tú lo sabrás.
--Ni idea.
--(...)
--(...)
--¿Quieres saber quién nos estuvo hablando de ti?
--Sí claro, me da curiosidad.
--¿Quién crees que haya sido?
--No sé... de verdad que no se me ocurre nadie.
--¿Seguro?
--Sí.
--Necesito que me des nombres para yo confirmarte quién ha sido.
--No se me ocurre nadie.
--¿Nadie?
--Nadie.
--(...)
--(...)
--Bueno... si ves algo raro avísanos... sabes que nuestro trabajo es mantener todo en orden, ¿me entiendes?
--Sí... claro... todo está en orden, ¿no?
--Vale... ahora regresa a tu puesto de trabajo.
--Vale, adiós, gracias.

*

Juego: con cuero de rinoceronte fabricarse un escudo. Nudos, protuberancias, arrugas. Una cosa más bien fea, pero funcional, que se pueda llevar en la cabeza para sentarse a esperar los viejos tiempos, esos que caen de golpe, por sorpresa, desbaratándote la cabeza si no estás preparado. Exhibir, un rato, el escudo en la vitrina, y mirarlo, y escribir en el ordenador de bolsillo, y ver que se acerca el vigilante de sala, con ganas de joder, por tu maquinita, el ordenador de bolsillo, y sacarte un audífono, y oír, de Non credo, sólo la mitad. Quoi?, le preguntas. J'ai rien dit, monsieur, responde. Ah... Bien. Entonces, que cada quien siga su camino como mejor pueda.

Juego: aplanarse las orejas, darle y darle hasta que queden chatas y circulares. Después trabajar los caninos, afilarlos hasta que sobresalgan, largos, como los de un elefante. Ahora mírate fijamente en el espejo. ¿Sientes miedo? Al menor movimiento, echa a correr.

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