WORK IN PROGRESS

viernes, 13 de febrero de 2009

si alguien te ofreciera un millón, ¿no te dejarías? (continuación)

00:05 h. El sujeto entra al apartamento de la de Castelldefels, es presentado al gato y a un amigo, ambos sentados en un sofá, mirando la televisión; uno de ellos fuma, con cara de haber corrido mundo y tener temperamento burlón, el otro no.
00:09 h. La de Castelldefels le muestra al sujeto su apartamento moderno, pequeño y playero, con una habitación para el hijo, que hoy está con el padre, un baño para quien lo necesite, y un área común. Decoración: afiche de Woodstock, pinturas de amigos, muñecos plásticos The Yellow Submarine. Limpieza y orden.
00:14 h. La de Castelldefels y el de gafas modernillas hablan de buscar a la vecina de arriba, de origen dominicano.
00:25 h. Recogida la vecina de arriba suben todos a la camioneta de gama alta del de las gafas modernillas. Conduce la de Castelldefels.
00:37 h. El de las gafas modernillas enciende un porro y lo ofrece. La dominicana dice que ella no fuma de eso, que si no lo ha hecho hasta ahora no va a comenzar hoy. El sujeto dice que la última vez que fumó tuvo alucinaciones, en Suiza, quién sabe qué tendría el porro, que le cogió miedo y no ha vuelto a fumar. La de Castelldefels le da un par de caladas.
00:57 h. Llegan a Gavá, aparcan. Caminan por calles del centro. El de las gafas modernillas canta. La de Castelldefels coge al sujeto por la cintura.
01:11 h. Entran a la casa de la amiga de Gavá que, curiosamente, se llama igual que la de Castelldefels, y además se parecen. La casa de la de Gavá es antigua pero reformada, de diseño; la dominicana dice, en tono burlón, que allí todo es muy moderno y se pregunta qué hace ella entre tanta modernidad. Entran a la cocina, la dominicana se dedica a la salsa para la pasta. El de las gafas modernillas abraza a la de Gavá. El sujeto comenta que el de las gafas modernillas se venía abrazando en la camioneta con la dominicana, que cómo es eso. La dominicana le dice al sujeto que se calle. La de Castelldefels abraza al sujeto. La de Gavá encuentra una cebolla. El sujeto intenta abrir una botella de cava. El de las gafas modernillas se come el queso puesto sobre la mesa. El sujeto sale de la cocina para abrir la botella de cava con los dientes, regresa con la botella abierta.
01:27 h. Todos, menos la dominicana, se sientan a la mesa. El sujeto le pide a la de Gavá que cuente alguna historia indecorosa de cuando salía con la de Castelldefels, de adolescentes. La de Castelldefels le dice que mejor no cuente nada. El de las gafas modernillas dice que mañana se va a La Molina, a esquiar, y pregunta quién se apunta. El sujeto le pregunta a la dominicana por qué la tienen cocinando a ella. La dominicana, riéndose, responde “porque soy la más negra”, lo cual es verdad. La de Castelldefels le pregunta al sujeto por qué le gusta tanto chinchar. El sujeto responde que no lo sabe. La de Castelldefels le explica al sujeto que el buen jamón se come con las manos, que si va a un sitio de degustación y usa un tenedor será mal visto, porque el tenedor le cambia el sabor al jamón, y las manos, por lo que parece, no.

*

Juego: incrustarse en el cuello unas clavijas de madera; enrollar, de cada clavija, sendas cuerdas de tripa que salen, casualmente, de las tripas. Levantarse un poco, hasta que las cuerdas se tensen, y entonces convertirse en arpa, una dulce arpa, que sonríe con los ojos pelados de intranquilidad. Justo en este momento querer ser otra cosa, no sé, por ejemplo, un cuerno de búfalo acabado en calabaza (con agujero en el extremo, claro, para poder hablar), y desear que alguien te cuelgue y te enseñe a tener paciencia, porque algún día (seguro, ten fe, algún día), te sacarán de allí, te incrustarán en el cuello unas clavijas de madera, enrollarán en las clavijas sendas cuerdas que salen de tus tripas, y con algo de suerte, y de trabajo, te levantarás un poco, hasta tensar las cuerdas, para convertirte, quizá, en una dulce arpa. Lástima que, para entonces, ya estarás demasiado viejo.

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