Con el ejemplo de Eróstrato podía salir del agujero en el que estaba: robar una obra del museo donde trabajaba y devolverla en un acto ridículo y vistoso, frente a las cámaras de televisión.
Pasaría unos años en la cárcel, claro, pero después podría vivir del cuento el resto de la vida, ser escritor. Y en caso de caer, de nuevo, en el olvido, siempre estaba la opción de ir a otro sitio y repetir. Donde prosperara la prensa amarillista y hubiera cárceles limpias y seguras, con gimnasio y solarium, allí se podía estar bien.
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Hasta aquí lo escrito en Barcelona, antes del avión.
Desde aquí lo escrito en China, después del avión.
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En el museo de la ciencia de Barcelona han dedicado casi todo un piso a las formas de la naturaleza. Junto a cada forma proponen artilugios manipulables y objetos dislocados, de origen mineral, vivo o cultural. Sirven para demostrar los principios que hay detrás de las cosas, las fórmulas de las formas.
La espiral empaqueta.
La onda mueve.
El ángulo penetra.
La catenaria aguanta.
La hélice sujeta.
La esfera protege.
El hexágono pavimenta.
Las fractales colonizan el espacio.
WORK IN PROGRESS
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1 comentario:
Veo que conoces el complejo de Eróstratos,la pesadilla de la policía,esos 15 minutos de gloria.Llámame antigua,pero me parece más creativa, la mítica falla del templo de Artemisa,prendida por el filósofo del fuego,el condenado a ser innombrable y que la literatura ha rescatado,como es su obligación.
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