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jueves, 4 de diciembre de 2008

tiemposmodernos

Como dice el refrán: "Más vale un techo vacío que una mujer mal atendida", o mejor, "Más vale un techo vacío que una mujer mala tendida".

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--¿Te interrogaron mucho el sábado en la noche?
--No, fui yo la que explique, él estaba muy cansado y mi hija también, fueron al Happy Park y a la Ciutadella.
--¿Qué explicaste?
--Le dije que me alegraba de verte bastante bien.
--Joder, y eso que yo me siento chungo, cuando esté realmente bien ya me verás.
--Le conté la putada del tema económico, en todos los divorcios siempre más o menos se genera discusión, salvo que no haya nada.
--Bueno, a mí la verdad es que me da igual.
--Y a mí también, me daría igual, no le doy mucha importancia al dinero.
--Creo que con el tema económico lo mejor es no desgastarse, no darle importancia, porque el mal rollo de las discusiones y las peleas no se compensa con el dinero, no importa cuánto sea.
--Me gusta que me escribas.
--¿Lo dices por el mail del trasnocho?
-- Sí, lo he leído tantas veces.
--¿Por qué?
--Para entenderlo, para entenderte, entenderme.
--¿Por qué piensas que te ha servido para eso?
--¿Y a ti te sirvió de algo escribírmelo?
--Supongo que sí, descargué un poco lo que sentía, pero luego, al día siguiente, recuperada la cordura, me dio la impresión de que era una invasión a tu vida.
--Contigo me pasa algo diferente que con otros de quienes he sido pareja.
--¿Qué cosa?
--Que aún me gusta estar, que siento afinidad, que me podría volver a enamorar, la sensación de que no ha pasado el tiempo, que sólo cambió el escenario, que ya no era en los Andes en un bar cutre de chicharrones, sino en un restaurante finolis en Barcelona, y que daba igual, que fuera donde fuera, estaba tu voz, tu mirada, y estaban tus brazos, y tu abrazo, y yo sin quererme despegar, y tu aroma, tu perfume.
--Sí, yo no sé qué ha sido, pero desde que te conocí en el congreso he quedado como engarzado contigo, como si alguien hubiera lanzado una amarra, como en los puertos... qué bonito eso que dices, pero es peligroso, es lo que te decía de la invasión, se supone que no deberíamos hablar de estas cosas.
--Te pareces a mí, uso esa palabra mucho en casa: hija no toques que es peligroso, no te metas eso en la boca que es peligroso. Si, es peligroso para los dos... para mí por razones obvias: estoy tranquila y bien, y para ti porque ahora que estás carente afectivo.
--Pero igualmente es difícil no caer en el pozo común de recuerdos y sentimientos; me ha hecho mucho bien verte, estoy más tranquilo, siento que hay alguien que me quiere mucho, alguien a quien yo también quiero mucho, no me siento un ente aislado.

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