WORK IN PROGRESS

martes, 7 de abril de 2009

la fama, o es venerea, o no es fama (continuacion)

Después de la tercera salida sólo tengo imágenes sueltas. Por ejemplo, de noche, en un rompeolas de Sitges. Estuvimos besándonos en un banco, como abuelitos, y cuando comencé a meter la mano dentro de su pantalón me dijo que nos fuéramos más adentro. Llegamos, pasando de una roca a otra, hasta un poste de luz que no funcionaba, sembrado en un cono de piedra. La enfermera me puso contra el poste, me desabrochó el pantalón, y comenzó a meneármelo. Le pedí que usara la boca, lo hizo, mientras yo me preguntaba qué se vería desde la playa. Se puso de pie, cambiamos de puesto, me arrodillé frente a ella, le saqué el pantalón, le levanté una pierna, le lamí el clítoris, Senegal, me puse de pie, la giré para que me diera la espalda, e intenté metérsela, no pude, por la diferencia de estatura y mis pantalones en las rodillas, que no me dejaban abrir las piernas; la giré otra vez, le pedí que se colgara con las piernas engarzadas en mis brazos y las manos detrás de mi cuello, y así entré; le pregunté si estaba bien, me dijo que sí, pero que el poste le dañaba la espalda; me giré, con ella colgada, puse el culo en la base del poste, y así, malamente, comenzamos a follar; pero se sentía bien, los besos, la brisa del mar, la noche, el exhibicionismo, el viejo mete y saca, hasta que se me cansaron los brazos y lo tuvimos que dejar. Nos fuimos a terminar en su cama, en Villafranca, veinte minutos más allá dentro de su coche.
En la mañana estuvimos conversando largo, que también en esto era muy buena, la enfermera, pero tenía una obsesión: hacerme ver que debía buscar el buen camino, el de la utilidad pública y social; que no siguiera desperdiciando mi talento, que no malgastara mis capacidades, que encontrara un trabajo serio, que me estabilizara; me sugirió, por ejemplo, que postulara para ser policía (policía, sí, eso dijo); silenciosamente intentaba hacerme ver que no podía vivir así, deambulando como un ciego en un campo de fútbol tratando de jugar; que no estaba bien decirle, tan torpemente, adiós a las armas; mientras yo, por supuesto, oía y me hacía el pendejo, todo el rato, que es lo que se me da mejor.

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Publicidad gráfica: trastos viejos, inútiles, plásticos y metálicos, oxidados, extendidos sobre un amplio suelo de parquet. Los colores puros de los cacharros plásticos acompañan a las líneas firmes de los cacharros metálicos en un diseño que recuerda a Kandinsky. Abajo, en letras de tipografía indefinible, un nombre comercial de una agencia de interiorismo.

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Retrato:
--Porque la casa que estoy haciendo me tiene jodido, le faltan los baños y el patio, hay que sembrar la grama, y eso cuesta plata, y poner tierra negra, que también cuesta plata, y además buscar a alguien para que la riegue.
--Deja que crezca el monte como le de la gana.
--Eso es lo que estoy tratando de hacer, pero acuérdate que ahora tengo esposa.
--¿Y tus amigos millonarios, ya no son millonarios o no te dan trabajo?
--Siguen ricos, y me dan trabajo, pero la plata no me alcanza, una poceta vale seiscientos mil, y son tres.
--Abre un pozo séptico.
--Ya lo hice.
--Pon la poceta de tu cuarto, y las visitas que se vayan a cagar al monte, o sea, al patio.
--Pero también tengo que poner la ducha, y eso vale plata.
--Usa una manguera.
--Eso hago.
--Qué marginal de mierda.
--Párame bolas, el portón ya lo terminé, me quedó arrechísimo.
--¿Lo hiciste tú mismo?
--Sí, en la fábrica de un amigo millonario, me lo hizo un herrero.
--Se te va a caer encima, te va a pisar la puta camioneta, irás arrastrándolo por todas partes.
--También puse un termo de agua caliente.
--¿Sin tener ducha?
--Pero todavía no lo he conectado.
--Claro, ¿dónde?
--¿Ves que la vaina está arrecha?
--No, eres tú, que quieres hacer una casa Amadío con un presupuesto Luigi.
--Además, en la cocina, a mi jeva se le ocurrió poner un tope de granito.
--¿Y eso qué coño es?
--Es super bonito, pero burda de caro.
--¿Y lo compraste sin tener para las pocetas? Me gusta tu casa.
--Y lo peor es que la cocina la tengo que guardar aquí en donde mi mamá, porque si la pongo allá se la roban.

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