WORK IN PROGRESS

domingo, 15 de marzo de 2009

la fama, o es venérea, o no es fama (continuación)

Y aquí hay que usar la figura del villano, que en nuestra novelita del robo con allanamiento era el periodista de las historias fáciles de vender. Toca explicar cómo el tipo llega a Zurich en avión, en primera clase, donde es recibido por un chofer que lo lleva hasta un hotel de lujo (describir el hotel, por aquello del lector y el fashion y los millones; revisar en bookings.com lo que digan del hotel más caro para inventar una descripción que le vaya bien a nuestra novelita), cena (describir, también, usando la guía Michelín, algún restaurante que vaya de exquisito, aplicar un copy/paste para el menú).
Al día siguiente, el periodista de las historias fáciles de vender se dedica a seguir a nuestro héroe por la ciudad (ver las fotos escaneadas para recordar) y lo observa, desde lejos, mientras nuestro protagonista espera nervioso en la terraza de un conocido lugar a un comprador de arte que nunca llegará.
La persecución continúa hasta que nuestro amigo sube al tren que lo devuelve a Constanza, y entonces aparece la chica, perfectamente vestida, elegantemente maquillada, que cruza miradas con nuestro héroe antes de sentarse frente a él.
*

Problema: la fuente del paseo principal del pueblo escupe hacia afuera, azarosamente, un chorrito. Un chorrito delgado y breve, pero suficiente para cambiar, por un instante, la vida de los transeúntes. Una pequeña sorpresa, casi un juego, se podría decir, pero.
Pregunta: ¿cuántos pensamientos cortados? ¿Cuántos versos caídos? ¿Cuántas especulaciones filosóficas evaporadas? ¿Cuántas frases de amor rotas? ¿Cuántas propuestas de matrimonio interrumpidas? ¿Cuántas negociaciones replanteadas? ¿Cuántos suicidios arrepentidos? ¿Por qué, frente a semejante amenaza, no se ha hecho nada? ¿Qué retorcida mente puede estar interesada en que esto continúe así?

*

No hay comentarios: