WORK IN PROGRESS

viernes, 13 de marzo de 2009

la fama, o es venérea, o no es fama (continuación)

--¿Cómo sigue la varicela de tu hijo?
--Bien, ya se curó.
--¿No eran dos semanas?
--No, sólo una. Y tú, ¿cómo estás?
--Falto de sueño, casi tres días sin dormir, se me cierran los ojos, estoy esperando que la recepción del hotel se despeje para ir a echarme por allí a dormir un poco.
--¿Te dejan?
--Depende del compañero, aunque hoy me da igual, estoy hecho polvo; hace un par de días conocí a una chica que está de paso por Barcelona y me ha secuestrado; el día en su hotel y la noche en el mío. Duermo sólo una hora al día, en el tren, media hora de ida, media de vuelta, en tres días no he pasado por mi habitación, llevo la misma ropa, rollo homeless.
--Tanto amor acabará contigo.
--Como que sí, por suerte mañana me dan fiesta, me cortan el pito; me operan en la clínica Platón, está bien el nombre para una circuncisión, mi prepucio se va al mundo de las ideas.
--¿Y tu nuevo amor te acompañará a lo del pito?
--No, le dije que no, se irá de compras, después yo la acompañaré a ella en el hotel, mañana por fin podremos dormir juntos toda la noche si consigue atrasar la salida de su avión.
--¿Cómo ha sido, la conociste en estos días?
--Sí, por una hilera de casualidades; fui al cine con un amigo de Venezuela que está aquí visitando a su novia; después decidí regresar caminando a mi habitación; cerca de la Rambla me paré en un bar de guiris a tomarme una cerveza; allí me encontré, por una casualidad que es casi increíble, a otro amigo que vive en Alemania pero vino a pasar unos días con su familia y estaba con unos colegas; me invitaron a una discoteca; dije que sí porque no tenía sueño, aunque estuve a punto de no ir porque a mí las discotecas me aturden; subimos a la segunda planta; estuve hablando un rato con una estudiante de teatro francesa hasta que una amiga se la llevó; me acerqué a la barra para pedir un Jack Daniels; la vi y me quedé enganchado, me llamó mucho la atención; le dije no sé qué payasada a su amiga, una neoyorkina, por aquello de que para romper el hielo lo mejor siempre es comenzar por las que no son guapas; después le dije algo a ella, y nos quedamos hablando; bailamos, seguimos hablando, nos besamos y, en la mañana, me llevó a su hotel.
--Me quedé sin amante, ¿te has enamorado mucho?
--Creo que sí; pero ella tiene un buen trabajo en El Cairo, donde vive con su familia, no va a dejarlo; aunque creo que nos estamos enganchando; hoy me dijo que nunca había conocido a alguien con quien pudiera conversar tan honestamente; a ver qué pasa; es muy guapa, lista y educada; no sé qué pasará cuando dejemos de vernos, cuando ya no haya sexo, que nos tiene atontados; sobre todo a ella, que ha tenido poca experiencia, por lo menos al estilo guarroccidental; nunca le habían hecho sexo oral, por ejemplo.
--Esto se pone interesante, cuenta.
--¿Qué cosa, su vida sexual?
--Cuéntame eso de estar con una musulmana.
--Bueno, en realidad ella no parece; yo creía que era francesa cuando la vi; bebe alcohol y fuma; con el sexo es bastante abierta, me deja hacerle todas las barbaridades que se me ocurren y las disfruta bastante; supongo que conmigo se puede soltar, explorar lo que no puede hacer con un musulmán; me ha dicho que se está separando y que en dos días conmigo ha descubierto más cosas que en cinco años con su ex.
--Te has enamorado.
--Sí, pero es una historia complicada, no sé cómo acabará; sé que he tenido suerte; creo que me usará como amante; creo que vendrá a Europa, me explotará sexualmente, y regresará a Egipto como si nada. Sólo me quieren como amante, parece que lo llevo escrito en la frente, no me toman en serio.
--Tú no quieres que te tomen en serio.
--Bueno, quizá, pero no soy yo quien lo decide; en este caso es por un tema social, la familia de ella tiene mucho dinero, me dijo que su tío abuelo fue ministro de finanzas, que sus ancestros, por el lado materno, habían sido pachás y cosas así, y que donde vive ahora, la casa de su madre, está frente a la embajada norteamericana; por la ropa que usa y su gestualidad aristocrática, y la forma como me ha ido diciendo las cosas poco a poco, sin darse cuenta, sé que no es un bluff; la cara de pija se le ve de lejos; me ha comentado que en El Cairo hay mucha presión social sobre ella; hoy me soltó que podía venir a visitarme varias veces al año; en algún momento, en broma, me dijo que me hiciera gigoló.
--Tengo ganas de verte.
--Yo también, espero no quedar demasiado desmadrado después de esta semana; a ver cuándo nos encontramos.
--Ahora con tantas amantes se complican las cosas.
--En unos días ella se va, y mi amor recurrente me ha dado la patada en el culo; me quedaré solo.
--Pero yo no soportaré a mi amante enamorado.
--¿Por qué? ¿Al final vas a resultar celosa?
--Mucho.
--¡Joder, pero si tú tienes tu novio!
--Pues sí, ya ves, soy egoísta.
--¡Sois la hostia las mujeres!; una que me manda al carajo al leer en la novela que tengo otras historias, aunque ella está casada, y la otra que me exige fidelidad teniendo un novio. ¡Tengo cara de gilipollas, coño, no de amante!

1 comentario:

paula dijo...

No quiero darte todo el merito(,no solo acabo de empezar el finde...además tengo una semana de fiestas)pero me has hecho reír de lo lindo...no solo sonreír,como siempre, a tu pluma .Fresco,con brillante ironia y un toquecito de tus especias de buen amante.
Ja,ja,veo que el autor sigue emperrado en creer,que es casualidad y, no entendiendo al destino,quiere entender a las brujas.Me gusta reencontrarme con la faraona...es una buena etapa.
Un cariñoso "regañino".paula